lunes, diciembre 31, 2007

Se acaba el 2007

Se acaba el 2007 y había pensado repasarlo a modo de rap. Ensartando uno con otro, todos los acontecimientos y hechos más o menos relevantes que me han sucedido durante este año. Pero es un coñazo.

Digamos que ha sido un año movidito, bastante movidito.
Tras abandonar un barco donde estaba a gusto aunque con algún infernillo debajo del asiento me enrolé en otro barco con bandera homologada del que salí corriendo, huyendo o espantao, según lo mire cada uno. Y al final acabo el año rodeado de tocapelotas en una oficinilla que rezuma calzoncillo sudado. En fin, yo siempre igual, si no me quejo reviento.
En otros aspectos he recibido aplausos y me siento más o menos cómodo, a pesar de que mi rumbo parece alejarse de estos terrenos para quizás recalar en otros más prósperos o dichosos.



Hablando de terrenos, volví a los de juego para constatar no que no estoy en forma, que eso ya era evidente, sino que estoy realmente con los músculos bajo mínimos. La constatación no pudo ser más traumática: Las piernas me fallaron y me comí la pista con consecuencias lesivas en mi muñeca izquierda, que se queja aún cuando marco la "Q" con el meñique o cuando la apoyo, olvidadizo, al levantarme.
Ya me hubiera gustado haber pasado por el hospital solo por mi inoperancia psicomotriz y algún acontecimiento natal, pero tuve una Semana Santa con su propia procesión y aunque ni por esas me puse caperuza me metí debajo del trono sin dudarlo. Aún sabiendo que de riñones ando escaso, acabó bien la marcha.

A pesar de la inestabilidad laboral he aprendido una barbaridad y barrunto la posibilidad de saltar al mundo freelance. Sí, ese que me permitiría gestionar mejor mi agenda y liberarme de algún intermediario gilipollas.

Y hablando de gilipollas, no puedo sino acordarme de mi vecino "insito", que lo es perdido. Quedan solo unas horas para acabar el año y aún no descarto darle dos sopapos con la mano abierta antes de 2008. En fin.

La música me ha acompañado durante toda la travesía: Extremúsika, Monsters of Rock, Leyendas del Rock, Héroes del Silencio, Barricada, Fito. Hice muchos kilómetros, también para aprovechar abrazos y barra libre en las bodas que tocaban.



Me he entregado con avidez a la lectura y al consumo de packs de deuvedés o deuvedés con una sola peli sin extras ni escena eliminadas, ni comentarios del director, que las hay, lo juro.

Y casi acabando el año, me pasé por el EBE07, que me proporcionó algunas visitas más y un enlace mítico en el blog de Buenafuente, aunque sigo prefiriendo el de mi amigo M4rt1n que anda sobrado últimamente y ya sólo usa el portátil para bajarse pelis.

Y en todo este año: la señora Truman, que está detrás de cada una de las teclas que pulso, links que busco y neuras que me permito.

Lanzo, además, un abrazo infinito a través del router pesetero, sin cánon digital y sin maldad, para que seamos todos buenos el año que viene o al menos aguantemos el tipo hasta el día de Reyes(me encanta este post), no vaya a ser.
Yo por si acaso, cuando mis sobris me pregunten insistentemente por lo que han dejado los RRMM en mi casa les soltaré, en mi papel de Rey Mago aquello de "¿por qué no te caias?", aunque dudo que tenga algún efecto.



En fin, no hay más cojones que poner rumbo al 2008...

lunes, diciembre 24, 2007

Otro cuento de Navidad

Benita no tenía ninguna intención de celebrar la cena de Nochebuena de manera tradicional. Salió al mercado a primera hora del 24 de diciembre buscando algo especial, algo que diera magia a la comida nocturna. Iba a cenar su hijo que regresaba a casa tras dos años de ausencia, durante los cuales había conocido a una maravillosa chica que volaba con él, embarazada, desde Argentina.

Tras muchas horas de búsqueda por carnicerías, pescaderías y puestos ambulantes que había a la salida, desistió de su objetivo.

Continuó caminando unas horas, desalentada ante la frustración, que no la dejaba pensar. Apenas unos espárragos trigueros y un poco de queso cabrales hacían peso en la bolsa.

En el portal, buscando las llaves en el bolso ensimismada aún en sus negativos pensamientos, fue alcanzada por su vecina de abajo, Ernesta, que traía la bolsa a rebosar.
-¿Qué tal, Benita? ¿con la compra de Nochebuena?-dijo Ernesta mirando con soslayado desprecio la bolsa de Benita.
-Sí hija, ya ves, aunque se me ha olvidado el monedero y tengo que volver-contestó como excusa.
-Yo voy a hacer cordero estofado, de una receta que he pillado del programa del Arguiñano, que le echa piña, morcilla y habas fritas-dijo mientras abría la puerta y Benita seguía con la mano dentro del bolso.

Ya en el ascensor prosiguió.
-Pondré unos platos de entremeses: unas gambas fritas, unos trocitos de lechón y un poco de jamón...y de postre arroz con leche, que le gusta mucho a mis sobrinos...voy a su casa pero les llevo yo la cena, que ellos no saben hacer nada...¿vosotros cenáis otra vez solos, no?...¿qué tal tu Benjamín?
Benita sólo pudo decir "bien" mientras la vecina se bajaba en su planta y se despedía.
-¡Hala, a pasar buena noche!

Llegó a casa muerta de frío, la temperatura era baja, típica de la Navidad de los cuentos y en cualquier momento se podría poner a nevar.
Dejó lo poco que había comprado en la mesa de la cocina y fue hasta el balcón mientras se quitaba el abrigo y la bufanda. Se asomó.
Suspiró; respiró profundamente; volvió a suspirar y dijo entre dientes:
-No queda elección.

Ya hacía un rato que nevaba cuando Benjamín llamó a la puerta; pero nadie abrió. Insistió enseguida, ansioso por el reencuentro. Miró a su chica, que le sonrió algo nerviosa. Volvió a llamar; pero nadie abría.

Buscó en el bolso cruzado las llaves de su antiguo hogar, que llevaba colgadas aún en su llavero y que nunca encontraba tiempo para extraer de la anilla y guardarlas por algún cajón y así perderlas.
Las sacó y, tras llamar de nuevo sin éxito, introdujo una llave y la giró.

La casa estaba casi a oscuras. Había luz en la cocina y unas luces intermitentes de colores que provenían del balcón, cuya puerta estaba abierta.

-¿Mamá?-gritó.
-¿Mamá?-avanzó un poco hacia el salón de la mano de la futura mamá.

Entonces encendió la luz y descubrió el panorama:
La mesa estaba puesta, las velas aún no encendidas y algunos platos distribuídos con jamón, lechón, gambas y algo con queso fundido.

-¿Mamá?-gritó de nuevo dirigiéndose al balcón.

-¡Benjamín, hijo!-exclamó su padre dejando caer al suelo un cinta de colores al tiempo que Benita gritaba desde la cocina.
-¡Ay, mi niño! ¡ay, mi niño!

Esa noche fue muy especial. Cenaron cordero estofado con piña, morcilla y habas fritas. Benita les contó que era una receta que sabía hacer muy bien su vecina de abajo mientras Ernesta veía, amordazada, el especial de Nochebuena de Raphael, por puta.


miércoles, diciembre 19, 2007

Los Goya

El otro día dijeron los nominados a los "Premios Goya". Que lo primero que tiene de paradójico es que no pueden o podían llamarse así por no sé qué derechos anteriores.
Lo segundo paradójico es que en la página que creo oficial de la Academia de cine la información no se actualiza y debo enterarme mirando la prensa tradicional: "país", "mundo" o "20minutos".



Lo tercero paradójico es escuchar luego en la televisión (no recuerdo en qué canal) que, enumerando las nominaciones, dicen algo así como:
"con Blanca Portillo, Maribel Verdú y Belén Rueda a 'Mejor Actriz' y Álvaro de Luna, Tristán Ulloa y Alfredo Landa a 'Mejor Actor'..."; y luego aprovecharon para decir que también recibiría este último el Goya de Honor.

Lo paradójico, insisto, es que hay cuatro nominados en ambas categorías, es decir, tan sólo faltaba añadir en la lista femenina a Enma Suárez por "Bajo las estrellas" y a Alberto San Juan en la masculina por su interpretación en la misma película. Y es que ni siquiera dijeron "entre otros" como coletilla final.

Mal empezamos.

Cuando se me pase el disgusto me animaré a hacer un "post" más sabroso con motivo de estos premios a los que algunos parecen estar menos nominados.
De momento un par de perlas:
1)"El internado", como la llaman ya muchos, parece que se llevará unos cuantos. A mí se me pusieron los pelos como escarpias y una reflexión en la cabeza: "¡Pa'qué querremos tanta casa!"
2)De las trece rosas, ninguna nominada, hasta para esto tuvieron mala suerte. Parece que este año estuvo difícil elegir a las cuatro finalistas. Espero que la sobrina de Milikito (como la llaman algunos) se lleve el Goya a mejor actriz revelación y sirva como homenaje a todas las rosas del mundo. También me puso esta peli los pelos como escarpias y varias reflexiones que se pueden resumir en una: "Hay gente muy mala".



Yo no creo que esté nunca nominado. Pero la culpa no es mía. Es que, como a Alberto y Enma, se les olvida siempre ponerme en la lista.
Tendría que hacer como en el colegio que, cuando pasaban lista y pasaban de mí, levantaba la mano y decía: "Profe...a mí no marlonbrando".






Pd: Vaya como compensación descompensada del agravio televisivo.

miércoles, diciembre 12, 2007

La cuesta de diciembre

Estamos inmersos en diciembre y tras el puente de "La Inmaculada" ya nos metemos de lleno en la Navidad o fiestas navideñas.
Por ello, para mí, comienza la cuesta de diciembre, que supero, sólo en parte, al pasar el día 5 de enero, deseoso de abrir los regalos de reyes que me habrán traído por ser bueno.
Pero mientras lo paso un poco mal, como cabreado, como agobiado, como hastiado.
Sí, las fiestas navideñas me superan.

De buena gana acepto las cenas familiares de Nochebuena y Nochevieja, también en esta última que tras ella no exista fiesta alguna, que bastante años hice ya el gilipollas por las barras (¿libres?) de los más insospechados lugares con licencia para otros actos.
Incluso intercambio christmas y participaciones de lotería con los más allegados; aunque este año he metido un décimo no sé dónde y estoy mirando ya hasta en el bote de los macarrones.

Acepto ir a Cortylandia aunque siga sin entender cómo se puede esperar tres cuartos de hora al lado de un señor con peluca de colores para ver un dantesco espectáculo de apenas diez minutos (muñecos que se mueven para adelante o para atrás o mueven un brazo para arriba y para abajo).

Acepto también las cenas de empresa y con los colegas de toda la vida, que ya van siendo más de otra vida; los deseos de felices fiestas que te lanza el peluquero tras cortarte toda la melena (esa que cuidas peor que Llongueras su afonía pero que es tuya, joder), que te lanza el de la frutería, sí, el que apenas tres segundos antes te ha clavado "dieyiyiete yincuenta yinco" por unos pocos kilos de fruta y verdura.

Acepto incluso que los demás me enseñen su cesta de Navidad (aunque siga sin entender cómo siguen metiendo una lata de aceitunas rellenas como algo digno de lujo navideño, o espárragos), que me enseñen el belén, el árbol o la pata de jamón que han pillado para la ocasión.

Acepto, sin duda, que me ofrezcan, hasta padecer una crisis nerviosa, peladillas y trozos de turrón blando de "esa bandeja".

También acepto, de buena gana y sin que nadie me lo pida, reducir mi consumo de alcohol diario a fin de llegar a las uvas en unas condiciones mínimas para no estrellar la copa de champán contra el televisor al ver cómo se vuelve a comenzar el año con un número de baile bachatero lleno de confeti, gente sonriente y público/figuración haciendo el canelo vestidos como si fueran de boda.

Apurando mucho, mucho, mucho, acepto que tiren petardos. Aunque pegue un bote cada vez que explota uno, lo que explica mucha cosas sobre mi aborrecimiento a las películas de tiros.

Hablando de películas, no me importa que se llene la televisión de pelis navideñas con Santa Claus por todas partes, versiones de todos los tipos y colores del Cuento de Navidad de Dickens, o especiales de Miliki o Raphael o simplemente con público de niños ñoños que parecen hacerse los tontos en relación a evidentes cuestiones propias de una edad más temprana.

Pero no, no, no. No acepto, no puedo con ello, me hierve la sangre, me irrita, me paraliza, me enoja, me enerva, me enrojece, me crispa, me deja fuera de combate, me deja sin voz, me turba, me desorienta, me noquea...

¡ESCUCHAR VILLANCICOS!

"Ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos caminito de Belén...olé, olé, Holanda...olé..."
pd: por cierto, que ni puta idea de lo que significa.

En fin, al menos trincaré algo de esto...

lunes, diciembre 03, 2007

Post Post-Evento Blog España 2007 (EBE07)

Una semana después de su clausura, a la que no tuve el privilegio de acudir por causas que no vienen al caso, me entrego a escribir el post post-evento.
Durante estos días me he dedicado a mirar fotos en flickr y a merodear por links y entradas varias.
Encontré de todo: bonito y variado. Y así, ahora, me he propuesto escribir mi visión de las cosas.

Me lo pasé en grande. A mí eso de que sea gratis me teletransporta al mundo de los sueños, a las utopías de las vigilias infantiles, cuando medio dormido uno imaginaba cómo sería la excursión del día siguiente o el regalo que el Ratoncito Pérez dejaría debajo de la almohada aún sabiendo que la caída del diente había sido más bien provocada y adelantada en unos cuantos días.

A mí eso de que nada más llegar me den regalitos sin preguntarme si mi blog es el de un director de un centro famosísimo o si soy de derechas o de izquierdas, o si tengo una página donde vendo camisetas o simplemente me dedico a colgar enlaces organizados en categorías más o menos temáticas o si tengo más de 10.000 visitas al día o 3, me pone. A mí eso me pone.
De entre ellos a destacar la mochila de Microsoft y el cd de Lorena C., del que no sé si se lo ha puesto mucha gente, pero al que reconozco estar enganchado.

A mí eso de compartir mesa, conferencia o foto con Javier Capitán, la gente del pito-doble o la chica de bloglobosofia me parece cojonudo. Y que todos nos sintamos el ombligo del mundo con nuestros aires por el estrado-escenario, o por los pasillos, o hinchándonos de bollos...más cojonudo aún.

Por tanto, a pesar de las recomendaciones, que comparto sólo a medias, espero que esto no acabe convirtiéndose en una feria estilo SIMO, con días para profesionales, con invitación y días para el resto de la plebe: plebeblogueros en este caso.
Entiendo que la falta de numerosos asistentes pre-inscritos ha podido causar algún trastorno y decepción entre los organizadores, pero si hubiéramos ido todos habría habido hostias para pillar pastas y café. Así que una cosa por la otra.

Por otro lado me hubiera gustado que gente digamos "aplaudida" por todos en esto de los blogs nos "entren" a nosotros, nos pregunten por nuestros blogs y no que sea al revés.
Esto se podría extrapolar a los personajes populares del show business que aparecieron por allí. Siento mucho el acoso a que se ven sometidos aunque quizá, si normalizaran la situación, el entorno también lo haría (sé que es muy fácil decirlo). Especialmente siento el caso de Buenafuente, que participó activamente en el evento, me refiero a que no se limitó a dar su charla y pirarse de allí, sino que estuvo también de oyente e incluso apareció por el Beers&Blogs. Y sí, yo fui uno de los que les pidió foto. Entiendo a los que no se la pidieron, yo no pido fotos en muchas oportunidades que tengo, por respeto y pudor. Pero en fin, somos humanos y tampoco se trata ahora de sacar pecho en plan: "la tía de las supertetas estaba a mi lado pero no le dije nada porque tengo novia". A veces uno se da la vuelta y acaba teniendo un orgasmo tántrico de tanto reprimirse. Además, ¿no se llama la página de fotos de Buenafuente "captura"?, coño, pues a capturar.

En general me gustaron todas las conferencias, mesas redondas, etcétera a las que asistí aunque debo destacar por plasta al directivo del canal televisivo LaSexta, que no hacía más que echarse flores sobre lo bien que programan y el olfato para fichar a determinados comunicadores: Sólo le faltó traer a Miki Nadal vestido de verde y repartiendo flyer con la programación del día siguiente.
(foto de Victoriano)

Pero el que me pareció un crack fue Arturo Paniagua: Fue todo un acierto el proponerle como maestro de ceremonias repartiendo a pares chistes, juegos de palabras y sentido del humor.
(foto de Wicho)
Cambiando de tema, parece que lo del twitter fue todo un éxito y la gente se lo pasó pipa mandando desde sus "mac" (que aparecían por todos lados) mensajitos aquí y allá. Lo que ya me cansó hasta dar cabezaditas fue la constante alusión a los 140 caracteres que permiten sus mensajes cada vez que algún interviniente era breve o se le pedía brevedad.

Lo peor, sin duda, la conexión. Yo me las vi y me las deseé para poder publicar mis humildes crónicas en la página del EBE07.

Y como anécdota graciosa: Nadie predijo que si se abrían micrófonos para que la gente preguntara a Shel Israel, estos fueran a hacerlo en castellano. Porque había traducción simultánea (¿había?) inglés-castellano pero parece que el traductor se quedó de piedra cuando éste pidió que le tradujeran la pregunta del castellano al inglés.
Por cierto, ¿era Shel o era Chicho Ibáñez-Serrador?

(foto de Shel Israel de Victoriano)

jueves, noviembre 22, 2007

Evento Blog 2007

Mañana viernes estaré en Sevilla, en esta nueva edición del Evento Blog España. Que seguro supera la gran edición pasada.



Intentaré aprender y aportar todo lo que pueda aunque realmente, cuando uno va a un congreso, evento o feria de lo que sea, va a ver si pilla de todo lo que salga gratis (pegatinas, pósters, folletos, monográficos, cafés, bollitos, tapas, cerves) y a hacerse fotos con todo el que pase por allí, que también es gratis.

Somos así. Vemos una cola de gente en la playa y un chavalito sacando zumos de una nevera y nos ponemos a la cola. Pero nos ponemos tres y cuatro veces, que luego, como vamos en bañador, vamos intentando hacer una repisa con los brazos cruzados, la barriga sacada y las tetas, mientras llevamos otro mordiéndolo por el tapón.


Pero eso sí, vas por la calle y un inmigrante te quiere dar un papel publicitario y le haces un quiebro o te torsionas como si fuera a pegarte algo. Como estás en la calle y es un inmigrante...

Pero si vas a un congreso es diferente: allí los papeles son más grandes y llegas a tu casa con cinco bolsas llenas, arrastrándolas, que parece que traes los reyes de toda la familia.

Lo bueno del Evento Blog es que en lugar de papel habrá mucho "link", aunque espero que también mucho "drink".
Mira, se me acaba de ocurrir una alternativa al Beers&Blogs, el Links&Drinks.

En fin...

lunes, noviembre 12, 2007

Zeb 2.0

En un alarde de innovación tecnológica voy a meter música en el blog. A ver qué tal.
Siempre le he dado importancia sobre todo a la palabra escrita y en ello me he amparado para que el tono naíf de mi página no pareciera resultado de mi ignorancia al respecto de lo que se llama ya Web 2.0, que a este paso se llamará 3.0 o 1000.0, o en vez de Web , Zeb 2.0.

Y es que va todo a la velocidad de la luz, es como si Superratón manejara los hilos uerrelenianos con la misma facilidad que yo me canso del curro.


Va todo tan deprisa que ahora no compramos algo por lo que en sí mismo tiene de utilidad sino por lo que nos dicen que hace además de para lo que sirve.
Así, compramos un móvil antes que otro si éste lleva cámara incorporada (si hace vídeos, mejor) o con mp3, para escuchar música, independientemente de cómo funcione de aparatosamente como aparato telefónico.

Antes, a lo sumo, se compraba en casa una enciclopedia donde se encontraba con la mayor facilidad del mundo el vocablo más raro que el vendedor quería buscar o la información económica del estado más lejano que el vendedor quería buscar aunque, por ejemplo, no viniera la palabra “embaucador” o el número de habitantes de Cuenca.
O venía tu padre con una alfombra que un señor en babuchas le había regateado a la salida del mercado como si fuera Ronaldinho en el anuncio de Danet y que luego no sabías dónde ponerla y acababas forrando la tapa del váter con la más antigua.

Pero ahora todo tiene que ser comprado con algo atractivamente complementario. No puedes ir a una tienda y llevarte un simple aparato de radio sin que el dependiente te comente, entre airado y asqueado que “Por 20 euros más se lleva usted esta radio-cd-despertador con dispensador de hielos, ideal para botellón”.
No puedes ir a una tienda de colchones y decir: “Quiero un colchón que esté bien”. El vendedor te puede echar a patadas si no quieres escuchar su locuaz discurso sobre los colchones de látex, los que duran 30 años y los que respetan los volúmenes en la cama.

Ahora la gente va al MediaMarkt como el que va a hacer la compra de alimentación, pero en lugar de galletas, mandarinas y yogures; latas de atún, tomate frito y cerveza, llena el carrito de cámaras de fotos, teléfonos inalámbricos y tarrinas de DVD’s; juegos para “la plei”, para la nintendo-ds y el karaoke.
Y luego, en lugar de comprar pilas o gominolas en los "stand" que hay cerca de la caja, pillamos fundas para mandos a distancia o cargadores de baterías.

Ahora queremos auriculares que valgan para hablar por el móvil y que baje la música cuando suene y a este paso tendremos un ipod metido por el culo para que nos suenen las tripas a Paulina Rubio, tiempo al tiempo.

jueves, noviembre 08, 2007

Al final muere

Ayer ví El Orfanato. No voy a decir eso de “Al final muere”. Esto es algo que le gusta mucho decir a la gente y luego, para arreglarlo, te empiezan a decir que no es así exactamente y ya te explican, que es casi peor, porque se nota claramente qué parte se están inventando y qué parte no, con lo que, sumado al trailer-revelador, casi no te merece la pena ni bajártela con la complicidad de Telefónica.

Otros, más cautos, te van dando pistas vagas casi mordiéndose la lengua: “Se parece mucho a esta peli” o “el final es como esta otra”, o empieza que parece esto pero al final es lo otro.
Uno ya no sabe si dejar de tomar café con los compañeros o hacerles tomar a ellos uno tras otro hasta dejar la máquina sin vasos o palitos.

Esta urgencia por saber y contar hace que a uno le resulte muy complicado hablar de sus proyectos de ocio a corto o medio plazo.

“Este finde vamos a ir a ver el nacimiento del río Mundo”.
-“Pues es una pena porque cuando está bonito, bonito, es en primavera…ahora vas a pasar más frío que otra cosa”.
¡Hala, a tomar por culo el finde rural!

“¡Ay!, esta peli me apetece verla un montón pero ya no está en los cines”, dice la chica.
“Si quieres te la grabo, que yo la tengo en mi disco duro de ocho mil millones de Gigabytes”, dice el amigo.
“Vale, a tomar por culo regalo de cumpleaños que tenía ya comprado”, piensa el chico de la chica.

“Este sábado vamos a ir al centro comercial a comprarnos una televisión con TDT integrado, e ibuprofeno regulable por fibra óptica con resolución de 2000 millones de casi se te corrige la miopía de mirar la pantalla de 80 pulgadas de vapor líquido”.

-“¿por cuánto?”, dice el compañero.

-“por 599 euros”.

-“¡Bua!, yo tengo un colega que la misma, la misma, le costó hace 2 meses 499,95…además ya está anticuada”.

A tomar por culo compra de televisor, eso sí, que sepas que al final muere.


pd: Por cierto, merece la pena ir a ver "El Orfanato" ( y eso que yo soy más de Pixar que de otra cosa). Por primera vez en un megacine, pude ver una peli en el más absoluto silencio.


martes, octubre 30, 2007

La rata

Soy, salvando las distancias, una rata.

Sobrevivo en las cloacas y el instinto de supervivencia me hace saltar del barco cuando hay peligro. Por ejemplo, un incendio.

Para qué quedarse, para qué ser un héroe. Las ratas nunca somos héroes. Al revés, tras apagar el incendio, el capitán al vernos diría: “¡una rata!”…y nos daría de escobazos o arcabucazos…hasta eliminarnos o hacernos, paradójicamente, saltar del barco.

Nunca seré capitán (ni tampoco marinero, ni tengo nada que ver con la canción de “La Bamba”; tampoco voy a estar todo el día escuchando el “Master of Puppets” pero vamos, que “La Bamba” como que no). Así que, una vez asumida mi condición, me entrego al arte de buscar comida, refugio y perpetuar mi especie. Que es a lo que vine.



Y dejo las patochadas para los papanatas.

El caso de Ratatouille (ratatuli, lo llamo yo, igual que mi madre dice Clin Stanbod en lugar de Eastwood porque le sale así) es un caso especial y horripilante. Un mal ejemplo, una rata chef. Y del chef al chief va un paso. Mal ejemplo, porque nos podemos hacer ilusiones, como cuando vemos Fama y un negro macarra acaba triunfando a pesar de ser un inadaptado o cuando vemos a Ralph Macchio (que no es Rafa Macho, no me jodas…ha sido el seis penalti y expulsión) haciendo el dar_cera-pulir_cera mientras la versión oriental de Mr.Magoo le mira abstraído para conseguir al final darle cera al chico-guapito-malo y quedarse con la chica-guapita-ingenua.




Malos ejemplos para los tiempos que corren y han corrido siempre. Si ves una bota venir hacia ti, corre todo lo que puedas, igual que cuando veas una carga policial, que no basta con echarte a un lado y levantar las manos mientras dices :”Yo no he hecho nada”, las hostias te las vas a llevar igual.

Por eso salto del barco, porque no me lo creo. Y mientras salto veré cómo los perritos domésticos se intentan quedar al lado de su amo, en un acto de no sé qué lealtad mal entendida y por supuesto, nada correspondida.


domingo, octubre 28, 2007

Cada uno es como es

Se me ocurre hablar del puto cambio de hora que dará para más de una conversación absurda de desayuno o ascensor: "¿Entonces las 6 ahora son las 7? y se hace de noche antes, ¿no?".

Se me ocurre hablar del mundial de Fórmula 1, el nuevo opio del pueblo, viendo cómo se gestiona últimamente el fútbol (deportiva y peseterilmente hablando). Todos expertos pegados al televisor, sea la hora que sea, como mi amigo Sergio, y todos opinando.

El conductor que me trajo el otro día pilotaba bastante, en todos los sentidos, y me dio una charla de lo más pedagógica sobre Alonso, Hamilton, Raikkonen y todo lo que encierra la fórmula 1 y las otras fórmulas, los rallies. Y cómo un colega suyo de toda la vida cogía las curvas a 190 por un puerto que hay cerca de su pueblo. Y claro, el muchacho consiguió su sueño: Correr en competiciones. Pero no tuvo suerte ni el dinero necesario, porque esto de los coches es como lo de los toreros: o vas con la pasta por delante o ni puto caso al talento (quizá se podría extender a cualquier disciplina esto último).
Al final el colega acabó de taxista, lo cual le permitirá seguir cogiendo curvas a 190 y cobrar por ello, no está mal. Yo, de todo este lío, me quedo con este post.

Y mientras tiendo la ropa oigo a mi vecino Sr. Crispado elevando el tono de voz como sólo los padres de familia cabreados y con patente de corso saben: "Cada uno es como eees, claro, cada uno es como eeees, pero yo le digo: 'Esto lo haces porque lo mando yo', porque tiene que haber una autoridaaaad, que es un acto de amoooor". Algo así decía Mr. Torture a su mujer para explicar su método "educativo". He estado por sacarme el ipod al tendedero y dejarme llevar por lo último de Calamaro, pero ya me quedaban tan sólo dos camisetas que tender, así que tan sólo tarareo "Love me tender" en plan Elvis-Bono, o sea, marcando la "j".



Y ahora, ya dentro de casa, pasando frío mientras pienso qué hacer con la tarifa nocturna, la potencia contratada y las mantas, me da por pensar que nos hemos vuelto locos, los "apóstoles de Gore" incluídos, porque yo me ponía ahora mismo una estufa de carbón y me hacía unas castañas pilongas en el salón, con dos cojones.
Por cierto, "Los apóstoles de Gore" suena a secta o a peli primitiva de Peter Jackson.

Por otro lado recuerdo, mientras escribo, la parida que dijo mi colega David en su última actuación: "Los magos...no tengo nada contra ellos, pero vamos, que podían cambiar un poquito los números. Por ejemplo, cogen un pañuelo, se lo meten en la mano y sale una paloma...y digo yo...sé original, hombre y métete la paloma en la boca y sacas el pañuelo por el culo...no sé...innova un poco".

Ahora releo el post y no sé qué título ponerle, "cada uno es como es", pienso, mientras me compadezco de los que siguen bajo la imposición de métodos educativos.

pd: Como los Héroes ya se han ido, quizá para no volver, incluyo aquí uno de los múltiples vídeos que circulan por youtube, por aquello de no haber contado nada sobre el concierto y por hacer buena la frase esa de las mil palabras.

martes, octubre 16, 2007

A los que saben

El concierto de Héroes fue tan cojonudo que mejor no hacer ningún comentario.

Dicho esto y siguiendo en mi línea cascarrabias-laboral, me sale retratar a "los que saben". Es un poco reiterativo el tema, digamos que al mismo ritmo que éstos exharceban los nervios del más reposado trabajador.

Frases como "Por favor, prueba los cambios antes de subirlo todo a producción" o "Cuando vuelva te quiero ver mirando otra página" o "No funciona nada" pueden parecer más o menos normales así, fuera de contexto.

Vamos pues al contexto:
El trabajador hace unos cambios, los prueba y los sube a producción. El personaje "El Que Sabe" ( en adelante "EQS") se va presto a cubrirse de gloria haciendo suya la ejecución de dichos cambios. Pero aquello no funciona, porque no están haciendo las cosas como se deben hacer y debería "SABER" hacer. Resultado: e-mail con retintín, soberbia y falta de tono.
"Por favor, prueba los cambios antes de subirlo todo a producción".

Esto hace perder muchísimo tiempo al trabajador intentando ver qué ha podido pasar y, puesto que el "EQS" está convencido de que sus maniobras son correctas, cualquier comentario al respecto o sugerencia de una incorrecta es contestada con doble ración de soberbia y falta de tono (ya el retintín sobra, porque va a saco a por el trabajador).

Estas circunstancias demuestran que el "EQS" es un gilipollas total, parcial, periódico puro o mixto, pero un gilipollas a fin de cuentas.

Otro contexto:
El trabajador está repasando una presentación con su EQS. Éste le interrumpe constantemente con comentarios estúpidos del tipo: "En lugar de decir 'este punto' di mejor 'este item'" y chorradas parecidas. EQS tiene que ir a cambiar el ticket del parking, porque se le pasa la hora del aparcamiento, que pagará la empresa, por ser EQS, claro. Cuando vuelve, el trabajador le espera paciente en el mismo punto en que lo dejaron. El EQS se lamenta: "Pero bueno, sigue tú"...y se prepara para volver a ausentarse otro período corto de tiempo, antes del cual eructa: "Cuando vuelva te quiero ver mirando otra página".

La tocada de huevos es monumental, sobre todo para los que ya se los exploraban con interés práctico mientras el EQS todavía era un proyecto de imbécil en las santas mentes de su progenitores, que algo también habrán contribuido a crear tal ser. El Padre SabeloTodo ("EPST") y La Madre Más Que Sabidilla ("LMMQS")...puede ser, lo consultaré con Punset a ver qué opina de tal combinación).



Así, con tales desmanes laborales, que tanto consentimos como callamos, no me queda sino imaginar que nosotros también somos unos auténticos Héroes del Silencio.




jueves, octubre 11, 2007

Volando voy

Es curioso cómo están planteados los vuelos de corta distancia. A saber: Hay que estar una hora antes en el aeropuerto, recoger la tarjeta de embarque (que el barco no lo veo por ningún lado, pero bueno) y luego esperar no sé cuántos minutos a que salga el avión.
Si el viaje se te da más o menos normal, es decir, si se te pasa volando, llegas al aeropuerto de destino a la hora prevista. Pero queda la ruta rodada del avión, el autobús y luego dar largos paseos, bolsa de mano en mano, por los pasillos del puerto aéreo.
Y todo, al final, para coger un taxi que, tras una hora de camino, te cruje y te deja en tu casa o en tu lugar de destino: hotel, oficina o descampao.
Total, que empiezas a valorar el patinete como medio de transporte ideal: Contamina menos que las toxinas de Al Gore, te ayuda a estar en forma, y tarda lo mismo que el avión. Todo ventajas.

Hoy, mientras volaba, y por aquello de relajarme un poco, me puse a mis Héroes para también recrearme en la suerte de tener entradas para el superconcierto del día doce.



Mi sorpresa fue que, al pasar por una zona de turbulencias, nada turbolover dicho sea de paso, sonaba en mis auriculares: "la caída pierde altura...por momeeeentos...por momeeentoss...por momeeeentooooos...por momen...toooooosss". Y claro, a uno que no es como la baronesa Thyssen, es decir, de piedra y con pico de pato, le da por pensar.


Pero bueno, al final, eso: Aterrizar, pillar autobús y dar paseos por el airport, eso sí, tarareando que: "Volando voy, volando vengo...volando voy, volando vengo...por el camiino...yomentretengo...".

A gusto...


martes, octubre 02, 2007

Ponerse en forma

No hay más remedio: Renovarse o morir. Cada uno pone su límite en una marca de la báscula, yo llevo tiempo fluctuando sobre ese límite. Así, y embargado por la moda post-vacacional, que es la misma que la pre-vacacional y la misma que la de año nuevo-vida nueva, he decidido volver a recuperar la forma, la que tuve y perdí, la que ansío tener mientras me colapso al borde de un plato de huevos revueltos con morcilla, la que me hace dormir mejor, soñar mejor y vivir mejor. La mejoría absoluta, haciendo bueno el "mens sana in corpore sano".
La que me hace sentir como el "David" de Miguel Ángel: Admirado y universal.

En fin, que me he puesto manos a la obra (a trabajar en un andamio, ahí sí que se suda, que dicen los mayores que no entienden que paguemos euros por sudar).
He comenzado con carrera continua y ejercicios de cintura. La carrera, medio bien, la cintura un poco peor.
Mientras me contorsionaba de un lado a otro con los brazos en jarra, y luego sueltos y luego abrazados uno con otro, buscando la posición óptima, me sentía como "Las Grecas" bailando su "nainonainonana".


Pero bueno, todo está por llegar. Quizá me falte un buen gorro de lana y en los auriculares la música de "Eye of the Tiger" para ponerme a subir escaleras como loco, aunque no creo que me dejen subir las del Congreso, que ya es sólo territorio de los CQC, ni las del Museo del Prado, a menos que vaya teta en mano y con bebé de escaparate agarrado a mi vello canoso, ni tampoco las del Cercanías de Renfe, no vaya a ser que los de seguridad anden aburridos y se extralimiten al verme gritar "Adriaaan, Adriaaaaan" al llegar arriba.



Todo un reto esto de ponerse en forma.

lunes, octubre 01, 2007

He sido bueno

El otro día Sergio me convenció para que le cediera mi otro blog, ese que andaba parado hace tiempo. He sido bueno.
Ahora leo su/mi blog y me alegro: Mientras escribe al menos no se tuerce nada. Parece que le ha gustado y ha empezado fuerte, nada menos que tres post en cuatro días. Yo, que dilato mis post por no sé cuántos motivos (otros lo tienen parado por otros tantos, como diría Sabina "nos sobran los motivos"), he pensado que esta solución es muy buena: escribir poco pero más asiduamente. Tampoco va a ser un twitter pero vamos, que quizá durante una temporada pruebe a esto de la escritura compulsiva, franca y sin revisar.

Por probar.


martes, septiembre 25, 2007

Buscando talentos

Mucha gente se pregunta y preguntará porqué tal o cuál no se ha apuntado al casting de "El Rey de la Comedia". Viendo un rato este programa, ni peor ni mejor que cualquiera sobre castings, se entiende este porqué.

Aburrido estoy de ver gente sin gracia; que la tiene pero se pone nerviosa; que no la tiene pero se cree que sí y se enoja porque no le cogen; chistes de cuando Ángel Cristo era domador; parodias de parodias; imitaciones de imitaciones y gente que dice que no es graciosa como en plan pasota por si cuela y hace gracia. Por no hablar de los que se ponen una peluca como si estuvieran en la Plaza Mayor en días navideños.

Parece ser que pronto lanzarán el supercasting, que será una mezcla de todos los castings hechos hasta ahora: buscarán cantantes (como en OT), humoristas (como en el ya comentado programa) y bailarines (como el "Mira quién...").
La fórmula está clara y funciona: Nos gusta ver humillados, llorados, chillados, exagerados, a los demás: Después de tirarnos el día haciendo el gilipollas, nos sentamos frente al televisor a que lo hagan otros, a que les vaya mal el día a otros, por muy chulitos, guapos o graciosos que se crean.

La gente busca talento, pero lo busca de muy mala manera y con un único fin: Estrujar ese talento hasta quedarse como Buenafuente, sin ideas y haciendo castings también.

Es injusto, porque el tío vale un montón, pero el nivel de exigencia que tiene la televisión hace imposible que el talento fluya no digo ya natural, que sería casi como soñar, sino tan sólo con un poco de tiempo para recapacitar, reescribir, tirar, reinventar.

Así, a Ángel Martín y sus muchachos los pasan de hacer un programa semanal a uno a diario, a Pablo Motos y sus hormigas, otro tanto de lo mismo y a los del Wyoming ya les pasó la temporada pasada.


Daniel Sánchez Arévalo anda estresado porque tiene que escribir su próximo largometraje y, mientras siente que pierde el tiempo escribiendo en su blog, donde se mira al ombligo hasta dárselo la vuelta, intenta exprimir ese talento que se le suponía y que ahora se le exige.

El talento funciona si le dejas respirar, no puedes tener a los guionistas como si fueran orientales dándole a la grabadora de DVD, igual que no puedes esperar que Ortega Cano se líe a mamporros con los periodistas-acosadores todos los días. Todo tiene su medida.


En la cadena "Cuatro" andan a vueltas con las modelos, que como dice Valerio, su histriónico profesor: "No busco modelo, busco supemodello".

Pues que dejen de buscar supertalentos, que es muy fácil, sólo hay que dejarlos un poquito en paz.

miércoles, septiembre 19, 2007

La comida de casa

Esta noche, como no es costumbre, me he preparado comida para mañana, para llevar a la oficina.

Siempre he tenido cierto repelús a la liturgia de las tarteras. Entiendo que es más sano comerte unas lentejitas que ha preparado tu madre hace dos días, que ha congelado y guardado para tí. Sé que es mejor.

Pero es ver el pedazo de cacharro que traes y abrirlo en plena orgía de olores: el churruscado olor a comida quemada desde el microondas "vigilado" por el Sr. Gordito; la peladura de naranja de la Srta. ListaQueTieneLaRespuesta; el chorizo frito...

Ver las albóndigas que asoman por la boca del que habla sin parar; la mesa llena de restos y marcas de caldos vertidos inadvertidamente; los improvisados mondadientes...

Sentir la proximidad del compañero de mesa, a veces desconocido a veces ingratamente conocido, notar que hace rato pasó su momento AXEADO; oir, como si tuviera un mosquito mascando cornflakes en mi tímpano, su "cracoteado" de pan tostado; mirar hacia delante y encontrar un chorro de limón disparado hacia las gafas...



Notar el roce de la gente que pasa con dificultad detrás de tí; que pasa su bandeja por encima de tu estratégico peinado; que estornuda cerca (¡menudo gripazo he cogido!)...

Explicar porqué te gusta echar el pan en el plato de migas o gazpacho en la ensalada; entender porqué esa persona obesa sólo come una ensaladita pequeñita y dos coca-colas, dos cafés y una bolsa de Cheetos una hora más tarde; porqué es bueno beber agua antes de las comidas pero no durante y la fruta lo primero...

Intentar sonreír con todo lo gracioso que se cuenta; corroborar la teoría sociológica del día; inventar un comentario jocoso-cínico-original para que sigan admirando tu singular "bordería"...

Y sobre todo y por encima de todo: Después de ver mi camisa salpicada por culpa de mi inadaptada maniobra de ingestión; mi mochila calada por mi ineficaz cierre de "tupper" y mi tripa demandando otros cinco cacharros como el que he maltraído, y me puede.

Que aproveche,pues.


martes, septiembre 11, 2007

Otra vuelta

De vuelta a un horario más civilizado, aquel que permite trasnochar un poco. De vuelta a costa de algún necio que hace buena una reflexión (mía) : "No es más buena gente la que más sonríe".
De vuelta y a vueltas con las novedades tras mi vuelta(¡qué mareo!) de las vacaciones.

Tras un dudoso merecido descanso (ya se sabe: “Si no tengo otra cosa que hacer, trabajo”) y una vez relanzada la actividad económica en diversos lugares a base de mi compulsiva manera de gastar euros me da que vuelvo a sentarme unas cuantas horitas al día para calmar a acreedores y sentirme realizado como persona.

Atrás quedan los largos en la piscina, que me comprometo a continuar en cualquiera de invierno que no tenga todas las calles llenas de candidatos a bombero, porque si no, salgo del agua con más estrés que cuando entré.

Atrás también las puestas de sol, en breve saldré cuando éste haya caído ya, adiós Sol, pues.

Atrás el quedarse una hora más en la cama, por ejemplo un martes, si me apetece.

Y otra vez a echar a la lotería primitiva, soñando cómo repartir el pedazo bote de manera nada equitativa.

Otra vez pensar que hay que cambiar de forma de vida, que esto de currar así no es vida, no hay forma de llevarlo; a ver atractiva cualquier profesión que no sea la nuestra:
-“Aquí reformas un poco esto y pones un bar de tapas y te forras”.
-“Te traes platos de China y los pintas tú como quieras y te vas a los mercaíllos y te forras”.
Lo importante sobre todo es eso, que al final te forras, así de fácil.



Y encima y a pesar de todo, cualquier día de estos acabo de director-gerente o de systems-manager o de manager-manager sin comerlo ni beberlo.

Y el euribor mientras subiendo como el palo de una brocheta, haciendo picadillo a todo el que anda justito y con forma de cebollita.

A todo esto el kilo de ciruelas se dispara y me tengo que pasar a la uva pasa y mi tita debe moderar el consumo de nueces, porque la pensión no le da para más.¿De dónde sacará ahora la energía, la pobre, para fregar las persianas?

Y otra vez a escuchar las típicas noticias de septiembre: la vuelta al cole, los coleccionables y en cuanto nos descuidemos nos vuelven con la gripe aviar, que ahora parece que ya no se mueren pollos de estornudar (¡Jesús!).

Y otra vez a reencontrarse con los amigos, que nos enseñarán, otra vez, 2000 fotos de su viaje al fin del mundo, mientras tú, pobre, pasarás una y otra vez, la tuya de la mezquita de Córdoba.

Lo que es la vuelta, vaya.

martes, agosto 21, 2007

Buscando a Truman

Comencé la semana pasada mi primera de vacaciones, así que no más fotitos playeras para cerrar los post, ¿o sí?
Salimos en plan road-movie por tierras de piel y cartel de toro (a pesar de que algún catalanista absurdo y necio ande por ahí derribándolos: ¿lo volverán a poner como hacen con la mano de "La Cibeles"?).

Uno va ya cumpliendo años y aunque se siente más rolling-stone que nunca estuvo de puta madre darse un baño de sentimiento adolescente al lado de las "Leyendas del Rock", en el festival que se organizó en Murcia.

Allí lucí mi cutis más que "yogurín" al lado de Sherpa y resto de barones rojos; escuché una vez más "No hay ningún loco" y sobre todo presencié una actuación de Panzer. El grupo de rock que saltó a la fama, entre otras cosas, por volver loca a una abuela de Vallekas: "la abuela Ángeles", que llegó a ser portada de uno de sus discos.

Carlos Pina, líder de aquella banda, salió al escenario mostrando una realidad simple y demoledora: "Los años no pasan en balde".
Hay gente que sigue como siempre, como mi tito de Almería, pero otros crecen igual que los árboles: Cada vez con más anillos de grosor y con las copas más que visibles.
Digamos que entre los artistas la barriga tipo adivina-dónde-escondí-el-balón-de-basket dominaba en un claro 70/30.
Mientras escuchaba cantar "El pelo largo hasta los pies, lleva dos días sin comer" se me fue la pinza mirando al cielo murciano y pensé:"¿Dónde está Truman?".

Ningún psicotrópico rondaba mi cerebro, quizá fuera la corteza de la loncha de panceta que me había apretado envuelta en un exquisito pan blandito en el chiringuito oficial del festival (había otros no oficiales pero uno no sabía dónde empezaba la carne que estaba en la plancha y dónde la del notas que la servía, así que mejor no tentar la suerte). En fin, me puse a pensar en el paso del tiempo y porqué yo también estaba creciendo como los árboles mientras José Carlos Molina seguía danzando igual que siempre con su flauta travesera y decía enojado que "a mí no me llaméis leyenda, yo no soy un leyendas".

Tras el festival, quedada con familia y ejercer de forma imposible de tito Truman en una etapa "rompe-piernas" por el paseo marítimo. Me quejo de vicio porque paso bastante, pero aún así me agoto, no lo puedo remediar, y mis gónadas se retrotraen lo suficiente para pensar seriamente en emular a Farinelli por las terrazas a cambio de una ración de oreja.

La road-movie continuó por la costa levantina donde, aparte de paella y mar disfruté de una de mis pasiones: El cine de verano.

Pared encalada, palomitas, cerveza y el cielo. Da igual lo que "pongan", o casi. Vimos una horrenda película española y subvencionada que acababa con un aún más lamentable: "Dedicado a Luis García Berlanga". Podría hacer de spoiler y contar el final sólo para que ya nadie más vaya a verla pero simplemente diré que de momento o en este momento, para mí el peor director de la historia del cine (título achacado a Ed Wood) se llama JOSETXO SAN MATEO.
Tampoco estaba Truman por allí, quizá andaba en algún club escuchando un improvisado jazz de un burdeliano pianista, no sé. Desde luego no estaba allí.

Al día siguiente dijimos adiós al mar para continuar nuestra road-movie por el interior. Al cobijo de habitaciones sin factura ni ficha echamos ratos de conversación nostálgica. Una nostalgia que no me pertenecía pero que evocaba como mía en la noche veraniega que hacía que me picara la marca del pantalón en el ombligo (uno que es muy chulo y va con la talla inadecuada).
De pronto vi a Truman calle abajo. Andaba deprisa. Estuve por levantarme y seguirle pero me asusté.

Al mediodía cogíamos de nuevo el coche para hacerle unos poquitos kilómetros a mi segunda residencia (normalmente paso unas tres horas diarias allí). Quedaba la boda de una prima para acabar la semana aunque antes nos daba tiempo de volver a descubrir a Fito Cabrales, los pedazo de músicos que le acompañan y colarnos en el backstage, que es lo que más nos gusta.

Y luego la boda. Saludar a mucha gente que hace años que no ves te envuelve en una nebulosa parecida a la del festival. Es como un "Leyendas Familiar".
Y así, con afecto repartido y recibido subimos hacia el abismo laboral del lunes. Aunque antes nos dio tiempo de hacer nuestra última parada en la road-movie semanal: Amigos con retoño y fotos (ya se sabe: a los niños, hasta el día de la comunión se les hace una cantidad ingente de fotos).

Ahora, repasando éstas, me he recreado particularmente en una. ¿A que no sabéis quién salía?

Larga vida al barón...

domingo, agosto 05, 2007

Nuevos de temporada

En verano se realizan muchos contratos de temporada, de esos que sirven para maquillar las estadísticas sobre el paro pero que no sacan de pobre a nadie.
Es inevitable encontrarse con algún inexperto debutante a los mandos de un "transpalé", un dumper, una caja registradora o una simple escoba y su cubo con ruedas (no lo dejes en la calle justo al doblar la esquina que me lo voy a llevar al curro colgando del retrovisor, joder).



Para ello, la paciencia es fundamental. Todos hemos sido nuevos en un trabajo, y de alguna manera, seguimos siendo nuevos en cualquier otro aspecto de la vida:
Cuando entramos por primera vez a una piscina climatizada y dejamos el albornoz en el borde del vaso, por ejemplo (que es como llaman los listos a la piscina de toda la vida: "El vaso de los niños está allí detrás", que yo pensé: "Pues de puta madre, ¿y mi cervecita, dónde anda?". Yo siempre pensando en la rubia con boina blanca, ¡qué le vamos a hacer!).
También andamos despitaíllos la primera vez que subimos a un avión y con la primera turbulencia nos rezamos cinco rosarios en plan Luis Moya: "Bendita tú eres y arraaaaaasssssss".

Porque siempre que nos enfrentamos a una situación nueva nos ponemos en tensión, con la máxima atención puesta en cada cosa y los nervios a flor de piel. El miedo a hacerlo mal, a que se note que somos nuevos, nos bloquea y nos hace torpes, más de lo que somos ya de natural.

El caso es que ayer fui a hacer la compra al típico "HiperSuper" de barrio, donde las cajeras van todas a la misma pelu y los reponedores llevan el mismo tatuaje asomando por la manga de la camisa.

Todo bien. Bueno, el de la frutería me colocó un tomate que si lo llego a detectar a tiempo se lo hubiera comido en el sentido suicida que desaconseja una buena digestión. Pero al llegar a la caja advertí que me encontraba ante una "CCN" ("Caja Con Novata").
No tenía prisa así que mostré mi mejor sonrisa (bueno, yo es que siempre estoy sonriendo, menos cuando estoy serio, que pongo una cara de mala hostia...). La chica de la CCN pasó los botes, bolsas, packs y cervezas (obviamente) con bastante diligencia y profesionalidad, quizá un temblorcillo en las manos, y la cinta que no acababa de pasar como ella quería (le echaba la culpa a la cinta, claro, para no parecer nueva).

Y llegó el momento de decirme la cuenta: "31,94".
Echo mano de mi cartera mientras meto las cosas en las bolsas (que parece que va a venir el de seguridad si no nos llevamos la puta compra de allí en menos de medio minuto, ¡qué estrés por Dios!...) y le doy un billete de 50. La chica de la CCN me suelta: -"¿Tiene los 94?".
...
...
...
Claro, no había caído en la cuenta: Si le doy los 94 céntimos ella sólo me tiene que dar 19 euros. De otra forma tendrá que sacar de debajo de las piedras la astronómica cantidad de 6 céntimos y 18 euros. Un drama: ¿dónde encuentra una cajera una moneda de 5 céntimos y otra de 1 o 3 de 2 o 6 de 6?

Con paciencia, cariño, comprensión (todo lo que te enseñan para hacer la comunión) y empatía, le dije que no. Y me buscó unas vueltas muy raras, pero vueltas al fin y al cabo. Y me fui de allí antes de que viniera el de seguridad. La verdad es que tuve suerte y no me tocó, como otro día, asistir al CCT ("Curso de Cobro con Tarjeta" ) que impartieron en otra CCN.

A ver si pronto me estreno de nuevo de temporada con mis glúteos blancos por un sitio con arena y agua, lo que lleva el otro en el dumper, vamos.



lunes, julio 30, 2007

Una noche de verano

La calle arde, la piel también. Estamos a no sé cuántos grados, nadie lo sabe. Si nos fiamos de la pantallica con reloj incorporado, vamos listos. Es lo más parecido a los relojes con calculadora que tenían los niños con más posibles en mis tiempos de colegio: Quedan muy chulos pero son una mierda.

Nadando es este calor avanzamos, paseamos y charlamos. De pronto, cerca, unos vigilantes del metro, ese que quita vagones y horarios en verano para que el personal que se queda en la capital siga igual de jodido que en invierno, reducen a un joven de aspecto y lengua bereber. El vigilante joven (hay otro viejo) tiene una pinta terrible, de esos que no quieres encontrártelo ni en la cola de Shrek Tercero, por muy meloso que se ponga el chaval con su bidón de palomitas. El sospechoso grita cosas desde el suelo. El vigilante terrible bloquea los movimientos de éste con rodilla en pecho y la mano que le queda libre. La otra la utiliza para amenazar con la porra. Dichosa porra que sólo provoca dolor y miedo.

Tan cerca como el vigilante de su reo, dos personas contemplan la jugada. Da la impresión de haber sido ellos víctima de algún robo por parte del que está ahora en posición horizontal. Puede ser, pero algo dentro de mí me hace, irremediablemente, ponerme de parte del que está aplastado contra la acera. Quizá porque el vigilante no se limita a hacer su trabajo sino que deja que el odio fluya por sus maneras y ahí pierde toda legitimidad.

Seguimos andando, no nos vaya a joder la tarde la escenita y pasamos delante de un parque donde unos chavales aflojan testosterona a base de hostias mal dadas mientras las niñas jalean. Están jugando, no se hacen daño, pero me sigue poniendo el cuerpo revuelto.

Sigue haciendo un calor de cojones, ni siquiera el tramo por el campo reduce mi hipertermia. En las terrazas las jarras heladas no llegan vivas a las mesas, adonde se postran chapoteando. Los helados no aguantan siquiera a quitarles el papel y hacer el guarro con el chocolate está más que justificado porque diez segundos más y el cambio de estado sólido-líquido da con el cucurucho en el suelo.


Otra vez el suelo. Parece que circulara lava bajo los adoquines. Los grillos dan saltos porque no se aguantan ni a ellos mismos y las parejas mayores hacen el paseo diario al trote, deseando llegar a casa y echarse un trago de agua y ponerse fresquitos.
Algunas mujeres, pertenecientes al "new-maru", salen a echarse un cigarro con una batita sudada y manida y el pelo más revuelto que las neuronas de Pocholo. No sé si se rascan el papo con la mano que les queda libre, pero es lo único que les queda por hacer para que la platea se rinda a sus chanclas.

Se está haciendo tarde y hay que madrugar. El calor me dejará dormir y soñar en otra noche de verano...¡de vacaciones por favor!

lunes, julio 23, 2007

Ir de boda

No es que quiera emular a mi gran amigo David y contar aquí un monólogo sobre "Las Bodas". Tampoco copiaría ninguno suyo (la cantidad de búsquedas de google que dan con mi página poniendo "monologo de" y lo que sea). Anda la gente muy plagiadora y muy escasita de imaginación. Pero necesito un poco de terapia post-boda.

1800 kilómetros en menos de 24 horas (sí, podía haberme ido en avión, lo sé, pero me hubiera perdido a la Sra. de Truman conducir al estilo Pulp Fiction: Reflexionando en voz alta sobre los putos peajes catalanes) han avejentado mi cuerpo unos cuatro años. Digamos que lo justo para no poder pensar en ir a las próximas olimpiadas: La flexibilidad la perdí hace tiempo, el fondo encontró una "n" hace también varios años y la capacidad de reacción no se activa ni cuando se me caen 20 euros al suelo, pero después de este fin de semana he tocado fondo (otro tipo de fondo).


Todo comenzó unos días antes cuando decidí ir sin traje y decididamente fashion. Mi amigo Charly me enseñó unos pantalones rompedores y compré de inmediato. La prenda en sí quedaba pelín justa por la parte abdominal pero quedaba una semana para el evento, suficiente para que aquellos "jeans" (es que ahora soy pijo) me quedaran mejor que a Chiquito una camisa estampada.



Sin embargo la semana ha sido tan ajetreada como las anteriores y he sucumbido a la gula del que llega tarde a casa y abre la nevera antes de cenar y he preferido cerveza hasta para lavarme los dientes. Esto unido a que lavé los vaqueros 100% algodón hizo que, llegado el momento, necesité, no sólo contener la respiración mientras intentaba abrochar el último botón, sino, una vez abrochado, sacar hacia fuera todo lo que debería haber quemado la esperanzadora y ahora frustrante semana anterior. Todo esto delante del espejo de la habitación del hotel (una imagen vale más que mil palabras, está claro. Además, yo no tenía palabras y posibilidad de expresarme más que con los ojos).

No obstante, ya tenía decidido ir con una camisa por fuera con lo que el problema parecía solucionado. Pero aquello apretaba de verdad.
Poco a poco me fui haciendo a ello y empecé a notar alivio. Mi pantalón y yo comenzábamos a entendernos.

Y llegó el momento de ir a la iglesia. Me tocó conducir, pues era el único que no llevaba tacón. Siempre he pensado porqué perdemos el tiempo planchando la ropa cuando tenemos que desplazarnos luego en coche: Sudas, arrugas todo y encima corres el riesgo de que alguna costura pierda su identidad al intentar bajar del vehículo.

No ocurrió, porque actué con cuidado y porque los pantalones son muy buenos, yo diría que son de "Petregá" por lo menos.

De nuevo de pie esperando a que llegara la novia volvía a ser el Beckham que mi imaginación había generado la noche anterior mientras daba vueltas en la cama pensando que-tenía-que-madrugar-al-día-siguiente-y-coger-el-coche-y-no-
podía-dormirme-y-efectivamente-eso-era-lo-que-estaba-haciendo.

La novia de blanco; el novio también; boda más bautizo: Una boda de estas modernas que se llevan tanto ahora donde el hijo lleva los anillos, las arras o los mocos colgando, según edad, disposición o falta de abrigo.

En la iglesia nos tuvimos que levantar y sentar unas pocas veces, pocas la verdad. Esta vez me dio por reír poco para lo que acostumbro, que es vergonzoso. Tan sólo un pequeño amago que disimulé echando fotos al suelo y al banco. Como parte de la ceremonia un señor con buena voz cantó el "Ave María" de no sé quién y otra más de esas bonitas que se oyen muy bien en las iglesias, por la acústica y eso, que dicen los entendidos.
El colega podría haber cantado perfectamente la de Bisbal y nadie se hubiera extrañado: Tenía ricitos y marcha. Aunque por otro lado un toque ochentero eurovisivo (bueno, Bisbal también).

En fin, superada la minicrisis y acabada la ceremonia, fotos y más fotos y luego más fotos. Arroz y pétalos a los novios y luego fotos y más fotos. Y videos y más videos.
Y fotos y más fotos. Y en todas yo metiendo barriga e inflando los carrillos (por aquello de aguantar la respiración). Así salgo, que parece que me he metido en la boca, de una tacada, todos los canapés de "fuá".

Para ir al banquete, todos en procesión: yo sigo al coche de este y este al de aquel y al este del Edén...Correcto, nos perdimos. Sólo quedaba rectificar e intentar encontrar el camino. Desde que hay móvil todo es fácil y pronto nos reagrupamos para hacer una entrada triunfal en el parking del restaurante. Ahora ya sólo quedaba saber quién había acertado con el culpable. En cada coche se había realizado una porra al respecto. Yo no acerté.

Y por fin una cerveza. LLevaba casi todo el día sin comer, por aquello de embutirme en mi nuevo look, así que la primera media hora de aperitivo fue brutal. La novia me decía: "Que no os integráis". Que yo pensé: "¿Pero tú me has visto la boca? ¡si parece que me van a sacar una foto!".

En fin, luego cada uno a su mesa a seguir comiendo y bebiendo mientras alguien hablaba. Yo de vez en cuando también, también cuando no llegaba al vino. Y luego la tarta, los regalos, y fotos y más fotos.
Y luego el baile (¿a qué no sabéis quién cantaba?: Sí, el Bisbi), las copas, y el baile...y fotos y más fotos, y videos y más videos. Yo hubiera hecho mi baile de Shakira tranquilamente, como en otras ocasiones. Esta vez me pareció que había tocado fondo y no estaba ni medio bonito hacerlo. Aparte que seguramente había engañado a muchos de los invitados que pensaban que Beckham estaba por allí.

Al día siguiente, tras luchar con los ruidos de las habitaciones contiguas, el aire demasiado frío (alto, decimos) y los del hotel que nos querían echar antes de hora (nuevos inquilinos maleta en mano incluídos), la vuelta. De nuevo por la cadena costeo catalana y llegar a casa justito para una ducha, picar en la nevera antes de cenar y tomarme una cerveza.

Lo que se dice "ir de boda".

domingo, julio 15, 2007

La credibilidad

Aprovechando que me he pasado por la página del Evento Blog España y apoyando su celebración en la edición de 2007 con el banner que he puesto por ahí, he leído el manifiesto final que se elaboró tras la conclusión del evento y a partir de las conclusiones generadas y las aportaciones del mundillo bloguero.
Se habla mucho de opinar, de libertad, de respeto. De que los blogs han cambiado la comunicación, la información. Está muy bien.

Sin embargo yo, cuando leo un blog, un periódico incluso un anuncio de pisos me es inevitable (imagino que a los demás también) valorar la credibilidad del informante.

Por eso, cuando Camacho sale en la tele, retotollúo como está, con su camisa blanca, paseando por la playa, y me ofrece irme a comprar un chalecito al lado del suyo me lo creo más, me apetece más, que cuando me lo ha ofrecido, cinco segundos antes, el director general: un joven calvito prematuramente y sin una gota de color en su piel.
Camacho vende, porque se piró del Madrid en cuanto Florentino Pérez le tocó los huevos, al menos eso dicen. Y antes, en su primera intentona, ni siquiera comenzó la temporada, por otra tocada similar (o eso dicen).


Yo, que soy mucho de arrebato (arrebatamiento, que diría Carlos Jesús, el de: “Al mundo vendrán, derentro de poco, terece millone de nave…”), le escucho y sus palabras me merecen credibilidad.
Y me equivoco, porque está haciendo un anuncio publicitario y ni él mismo sabe si los chalets los derribarán dentro de 3 años o si el sistema de aguas horizontales está hecho una mierda, valga la redundancia.

Y es que cada uno asume como verdad aquello que más concuerda con lo que desea que sea verdad.

Por eso nos creemos rápidamente cuando dicen que tal famoso es gay o tal cantante cutre vive en un piso con una tortuga vestida de folclórica. Si nos cuadra, nos lo tragamos y asimilamos sin más.

Ni hablar ya si nos ponemos a valorar informaciones políticas: Siempre son corruptos los del otro bando (porque se empeñan en que haya dos bandos, los muy jodíos), y siempre son "guays" los del nuestro.

Si me regalan una revista bien encuadernada y con papel del bueno y en ella pone que Scarlett Johansson es un tío, seguramente me lo creeré más que si me lo dice un fanzine que regalen en el metro. Aunque realmente, qué más da.



Así es la credibilidad, está sustentada por la imagen. Por eso admiro al que agudiza la vista y despeja la oreja y es capaz de ver un insensato en un tipo agradable, serio y cordial y un artista extravagante en un jubilado de jersey de pico.
Al que sabe interpretar un "tranquilo, no hay prisa", un "me pareces un tío de puta madre" o un "está muy-muy-muy bien".
Al que sabe atrevesar el iris y llegar incluso más allá del miocardio y al que sabe guiarse por el olor de la honestidad y en definitiva de todo lo que puede inspirar belleza.

Y admiro a la gente que también me ve a mí. Que como dice aquel: “No es lo que tengo, es lo que soy…”.

Yo voy a Evento Blog España

La respiración contenida

De un día para otro vino la hostia y cortó la respiración. Un virus malo, malísimo, llega, se expande, mata, colapsa. De un día para ot...