jueves, diciembre 31, 2009

Los Macarrones Truman

Comenzaba la semana y ya acumulando posts. Al final se fue liando la cosa y con este que escribo cierro la semana, que no el año, a pesar de la fecha. O sea, el de "fin de año" lo dejo para el año que viene, porque algo en plan cierre de campaña habrá que contar.

Lunes 28
El lunes 28 estuve viendo al Lichis en la radio (RNE), que intervenía en un programa monográfico sobre La Cabra Mecánica.

Si se acuerda de mi jeta o me lee por estos lugares (lo de lares ya lo digo demasiadas veces) debe pensar que le persigo en plan psicópata adorador del mito y que en plan Chapman un día me lo cruzaré por Rivas y ¡crashboombang!

Porque claro: le conozco; he hablado con él; pero no sé si me reconoce. Tampoco sabría qué decirle: ¿hola? Sí, algo así. Con el señor Polaino, super feliz a su guitarra y contento de los años que le quedan por vivir, me imagino (¡Imagine, imagine!) me pasa tres cuartos de lo mismo: Yo en mi butaca y el tío me mira y me saluda: "¡Ey!".
Yo le miro y esbozo una media sonrisa. ¿Quién te dice a tí que no esté saludando a la muchacha de la butaca de arriba?

Pues eso, que uno no sabe cómo actuar.

Hablando con la señora Truman, he pensado que lo mejor será que les invite a él y compañía a unos macarrones en casa, los genuinos macarrones de estudiante que con el paso de los años y cierto mimo he convertido en los deliciosos "Macarrones Truman". Algo de vino y algo de jamón de los Pedroches también caería, está claro. Y así, una vez que nos conozcamos todos y usen nuestro baño (es irrefutable la teoría de que este hecho une más que una acampada) nos podremos poner manos a la obra con uno de mis ambiciosos proyectos (Dios mío, concede más tiempo, que no me vaga).

A lo que iba: El programa de radio estuvo muy bien. Los show acústicos del Lichis y compañía suenan de maravilla. La canción "Valientes" le pone a uno la piel de gallina punk. Aunque, todo hay que decirlo, el ambiente en el estudio fue más bien frío.

El señor de producción no nos trató mal, pero tampoco bien. Venimos de público gustosamente a disfrutar del evento pero también somos parte necesaria del mismo y no estaría de más poner a alguien que te generara buen rollo desde el principio (tampoco supieron/quisieron hacerlo los del equipo del programa, la verdad) si luego quieren que cantemos, aplaudamos y contestemos a sus miniarengas.

Entró Fito en directo vía telefónica. Intervenía entre otras cosas a propósito de la gira que están realizando juntos: La Cabra Mecánica de teloneros y Fito y los Fitipaldis de superstars. Este lunes tocaba Madrid (Palacio de los Deportes): 27, 28 y 29 de diciembre eran las tres fechas programadas. Sobre la nueva marca del Lichis, "Miguelito" y su despedida de "LCM", dijo:
-Que se llame "Miguelito" como si se llama "Renault"...el artista va por dentro.

Bueno, aquí lo dejo, quizás otro día escriba un post entero sobre este primer hito de la semana. LCM salieron pitando para el Palacio.

Martes 29
Entradas para ver a Fito y al Lichis. Entramos con tiempo tras dos cañitas con su tapa (la tapa gratis, la caña valía lo que una caña + una tapa: No, eso no es una taberna andaluza como las que yo conozco, no señor).

Como siempre, sin esperar cola (veteranía obliga).
Llegan las 20:30 y salta Fernando Polaino con el mismo entusiasmo que viene demostrando. Luego el resto de la banda y el Lichis.
"Felicidad", "Valientes", "Siesta" y así una hora. El Lichis flaquísimo ya, contento y relajado. El relax que da la despedida, como el que ha recogido el título de graduado y ahora sólo pasea repasando las notas.
Por cierto, se le está poniendo un aire a Richard Ashcroft, que pa qué.

Richard Ashcroft

La Cabra Mecánica en el Palacio de Deportes de Madrid

¡Qué buenas, alegres y cañeras las versiones de su Carne de canción!


Y a las 22:00 sale la banda y Fito. De previo, como ya nos tiene acostumbrados: vídeo vitalista, gracioso y que enciende ya los ánimos del personal.

Vídeo: Fito y los Fitipaldis en el Palacio de Deportes de Madrid

Comienza con "Antes de que cuente diez". Fito tiene la cara desencajada de responsabilidad y apostaría a que la boca más seca que la mojama. Mira, mira, quiere notar, percibir que la cosa va a ir bien. Y, como una contractura que se disuelve al paso del dedo fisioterapeútico, es tal la euforia de la peña que pronto le cambia la cara y comienza a disfrutar.

Fito es honesto. Su música lo es. El cariño que muestra a sus compis y a la gente no es gratuito aunque es gratis (lo de la entrada es para pagar a los mantas que tratan a la peña como ganado en cuanto se acaba el concierto, recordando a otras gestas inhumanas de la historia).

Fito en Acción

Lo peor con diferencia, sin embargo, es este público que atrae Fito. Tan pijito, tan moña, tan ¿joven? Sí, me estaré haciendo mayor pero se me ponen los ojos como al Coyote cuando veo a parejitas sin gracia bailando como si estuvieran en la disco más "in" de la parte más pija y monetaria de la ciudad. Vomitaría si no fuera porque sé que me acabaría manchando yo también. Sí, porque estábamos holgados pero más de uno pensaría que todo el Palacio era para él y los demás teníamos la obligación moral y clasista de hacerle un corro. Y cuando no, había quien se ponía a bailar una "lenta" en plan fiesta superchupidelinsti. Bueno, hubo quien se empezó a dar la paliza tanto que se ganaron el apelativo de "Los Follas".
Por un momento pensé que estaba en un macroconcierto de los 40 principales (con todos mis respetos, que haberlo, haylo).

Porque Fito dice que "Qué necesario es el rock&roll, qué prescindible el cuero", pero mi chica lo tiene claro: "Qué imprescindible el cuero".

Así sea.

Sonó de puta madre, muy bueno el homenaje a los Platero, con fotos de la banda proyectadas mientras Fito cantaba a lo autocantor "Al cantar". Muy bueno el tema acompañado por el Lichis, y el homenaje a la Cabra en "Todo a Cien" en el videowall. Bueno, el VJ se lo pasó pirata mezclando en directo.

Y, como también nos tiene acostumbrados, mil y un temas acabados en alto que hacía que la peña se volviera loca.

Fito y los Fitipaldis


Miércoles 30
Nos espera el Krahe en el Café Central. También la lluvia y el ensayo de las Campanadas. Antes, un poco de bacalao y tortilla brava. Que no tenemos jartura, es lo que pasa.
Luego, guarda tensa en la cola del Café hasta conseguir un par de sillitas(hubo mucha gente que se quedó fuera) y un par de cerves.

A las 22:00 sale "Javierito Krahe" y su banda. Inclasificable artista. El mejor "monologuista" que he visto en mi vida. Te transporta el muy cabrón. Sublima el verso y se ríe de la ejecución musical en una artimaña asíncrona.

Javier Krahe y su banda en el Café Central


Enciende su purito y nos inunda con su cómica erudición, con su erudita comicidad. Al final, casi al final, nos regala un burdo rumor. Y nos vamos a casa traspasando el simulacro finalizado de campanada uvada.

Jueves 31
Hoy jueves bastante tiene uno con superar los resúmenes del año de la tele, el reportaje al relojero de la Puerta del Sol y no llegar tarde a la cena.
Truman hace votos para que el año que viene sigamos teniendo el mismo entusiasmo para seguir y admirar tanta capacidad creativa. Y seguir la senda del talento.


Fin de Fiesta en el Palacio de los Deportes de Madrid (29-12-2009)

sábado, diciembre 26, 2009

Concurso de relatos: El Dios de los Mutilados

Mis amigos de Chusticieros han convocado un concurso de relatos.
Aquí:
Concurso de Relatos en Chusticieros

Y me han dicho que si hago publicidad del evento me hacen un poema con el nombre de mi página.

Y ahí estoy, en ascuas esperando ya un poema donde aparezca "Truman y Sus Problemas". Espero que sin rima, sin engolamientos y sin alusiones a la Luna, las flores, el viento y su puta madre.

Me gustaría uno en plan higaditos de pollo, chistorra, espuma de cerveza y "cracoteo" de kikos gordos de señor mayor embutido en un anorak de los 70 en un autobús lleno de gente.

En fin, todo se andará.

Al final, al menos, me ha servido para volver a escribir por aquí.


PD: por cierto, se murió José Luis López Vázquez y no escribí ni una puta línea por estos lares. ¡DEP!

miércoles, noviembre 18, 2009

Hovik

Conocí a Hovik hace tres semanas. Me dio un abrazo y supe que era mi amigo. Esas cosas se sienten o no se sienten.

Hoy Hovik ha triunfado en la Joy Eslava de Madrid.
Bajo las cámaras y la producción de la Paramount Comedy, que graba el producto para su emisión, Hovik se ha salido del mapa.

Era un día especial, no era un bolo más. Hovik lo sabía. Estaba nervioso. Tenía que salir bien.

Hovik salió al escenario, cogió el micrófono como cualquiera de nosotros cogería un mechero y escupió fuego.

Su comienzo es radical; capaz de asustar al mismísimo Lenny. La peña se queda tan flipada que el señor de las risas bestias no puede sino decir: "¡Vaya cara que se os ha quedado!".

A partir de ahí el ritmo, la fuerza, la intensidad, los juegos dialécticos y la vida llena de vísceras. Hovik te obliga a reírte.

La gente no aplaude por solidaridad, como eco de cuatro "plas" que escuchó en el fondo o en las primeras filas. No hace falta "clá", no hace falta buena disposición. No.

La gente se expresa aplaudiendo. Se ríe como liberación. Se emociona sin disimulo. Se desinhibe.

Hovik pasa de un bloque a otro y siempre acaba en alto, muy alto. Luego pausa. Susurro al micro, reflexión poética, reflexión vital, reflexión sórdida. El espejo que refleja todas las neuronas que escondemos en nuestro ser.

La gente le cree. Le proclama profeta de sus propias vidas. Le aclama.
Entonces su cuerpo de mítico guerrero dobla las rodillas. Hovik cae y calla tras decapitar al dragón de la indiferencia.

Y la gente vuelve a aplaudir. Hovik lo espera. El show funciona y la gente suele aplaudir. Pero algo falla. Algo no funciona como siempre.

La gente sigue aplaudiendo y Hovik, con las rótulas tocando todavía el piso, abre los ojos.

Sí, Hovik, la peña se ha levantado de los asientos. Silba, jalea y choca sus palmas de pie. Desatados, eufóricos, rindiéndose ante el cruzado del humor. Ese cómico que coge su Excalibur y coge el camino de en medio. Que construye y remata a ritmo de comba. Que mira y cala. Que suda la energía y te la da. Para tí.



Sí. Hoy era un día especial. Hoy la adrenalina no dejará dormir. Hoy el noble se acordó de mí. Y me llamó a lo lejos. Me dio otro abrazo. Me dijo cosas que me ayudaron.

Hoy hace tres semanas que este pedazo de artista me dio un abrazo y supe que era mi amigo.



sábado, septiembre 05, 2009

Los viejos

No sé si es la sociedad (balones fuera), el cansancio vital de los que están en su entorno (balones fuera) o simplemente que somos así de hijos de puta (balones dentro).

Me refiero a la poca dignidad que les permitimos conservar a los viejos.

Los viejos, para entendernos, aquellas personas mayores que empiezan a tener algún desequilibrio funcional que les hace vulnerables, achacosos, torpes, flojos, medicados, dependientes,...

Algunas personas que cuidan a su gente, o que lo hacen de forma remunerada, no saben cuidarlos fundamentalmente por una cosa: NO LOS RESPETAN.

Un viejo puede tener la orina floja, pero eso no le convierte en un gato al que poner un bol de arena para que mee allí.

Puede tener lapsus mentales, llamar Juanito al que se llama Andrés o salir en pijama a la calle, pero eso no le convierte en un pez buscando más agua tras el cristal.

Puede tener problemas de movilidad, ir en silla de ruedas o con bastón, pero esto no le convierte en una mesa camilla o en la mesita del teléfono.

El viejo se puede incluso estar muriendo, semiconsciente, semiinconsciente, con todas sus estadísticas vitales revolucionadas y cambiantes a cada hora. Pero esto no le convierte en un saco lleno de fluidos.

Un viejo puede un día no tener ganas de comer o puede que no le guste la comida. No hay que metérsela por un embudo, ni atarle, ni gritarle.

Un viejo puede tener el sueño cambiado y querer ver la tele a las dos de la mañana. No hay que meterle en la cama a la fuerza, ni atarle, ni gritarle.

No hay que atarle, no hay que gritarle. Hay que respetarle.

Los viejos tienen apetencias, opinión, derecho a ser informados, derecho a dudar, derecho a almorzar mal, derecho a protestar.

Así, cuando se muera, cuando haya pasado su vida con la dignidad ilesa por nuestra mano, podremos conseguir un día ser viejos dignos.

Si no, seremos unos mierdas.


No llega esta reflexión por la peli de UP, aunque podría haber sido así.



martes, agosto 18, 2009

Lichis II parte

Tras la primera parte, ahí va la segunda acerca de mi conexión Lichis.

Desaparecido, para mí, tras la gira del "Ni jaulas ni peceras", me lo encontré en el canal local TeleK (la tele de Vallekas sin licencia, porque no las quieren dar, y que interesa a más de uno cerrar).

Allí se marcó algún tema guitarra española en manos (se toca con dos, ¿no?).
Había aparecido "Hotel Lichis". Un discazo que no tuvo el éxito de "Vestidos de domingo" y "Ni jaulas ni peceras", pero que tuvo más repercusión que el de "Cabrón".

"Hotel Lichis" comienza con una canción que ya quisiera firmar el mismísimo Sabina y encierra, en otras tantas, la sublime sustancia poética dentro de lo que algunos llaman pop y el señor Lichis reivindica como POP.
Disco en el que se apunta una declaración de intenciones sobre su nuevo rumbo vital. El que inevitablemente tienen que coger las grandes estrellas si no quieren acabar la función antes de tiempo.


Este disco no fue acompañado de gira como tal, aunque se le vio, por ejemplo, por el Extremúsika con un show menos excesivo.

Y de pronto el Lichis apareció por Cádiz...

Carteles del chiringuito de Eloy, La Gata (maltrecha ahora por orden municipal) anunciaba la agradable sorpresa de la actuación de La Cabra Mecánica por allí.

Y allí estuvimos, cerveza en mano, posaderas en la arena y en la boca cada uno de los temas que se fueron desgranando.



Fernando Polaino (el doble de Santi Rodríguez) en un mano a mano con el Lichis y un poco de percusión arrítmica a cargo del ahora baterista de Fulanos de Tal (bueno, ahora se hacen llamar Fulanos y la Mengana Band) elevaron el nivel del mar con su buen rollo, sentido del humor y contundencia farandulera.

Dos tardes estuvieron por allí. Dos fiestas.

Fue muy gracioso encontrármelo en la barra, tras el concierto, sin agobio de ningún fan. Le dije que le estaba buscando para darle un abrazo.

Charlamos un rato, a ratos también. Nos vino a interrumpir el mismísimo Javier Krahe (no todo va a ser follar). Del que dije al Lichis, él era el "hereu". Aunque también tiene el toque libertario de Kiko Veneno. Heredero de unos cuantos, pues.

Allí, emocionado por el encuentro y las cervezas al sol, pude proponerle algún tema que quizá fructifique. Fructificará de alguna manera. Los proyectos, con acción, salen adelante.

Y la última conexión Lichis se fraguó tras las puertas del Hebe de Vallekas, cerrándose el círculo de nuestros encuentros lejanos. El garito celebraba la fiesta de apoyo a la Batalla Naval de Vallekas. El día antes de Nochebuena se marcaron por allí, Fernando y él (ya ni batería les hace falta), una noche buena.

No le abordé esa noche, la navidad me reduce la actividad creativa y las ganas de socializar. Pero por allí anduvimos (que poco me gusta este pretérito perfecto simple).

Ahora estamos a las puertas de recibir un nuevo disco, gira incluida. Por allí andaremos (me pirro por los futuros)



"si mis sueños no te dejan dormir
cuenta ovejas, no me rayes" Miguel Ángel Hernando.



miércoles, agosto 12, 2009

Lichis I parte

Conocí al Lichis antes que él a mí. Normal, o no.
Aquel "vámono gorda, vas a ser mía" removió las meninges de más de uno. Por aquel entonces yo sufría, sin saberlo, empacho radioformulero (que sus buenas cosas ha traído, pero mucha musiquilla transformada ahora en politono que se apropia de tus ganas de vivir, también).

Luego vino "Cabrón", su segundo disco. Con menos apoyo y que, como uno seguía enganchado a la radiofórmula, ni se enteró. Y por fin el éxito, María Jiménez de por medio y reivindicación nada "cool" de la existencia humana.



No pretende ser esta entrada un repaso a su discografía, ni mucho menos. Tan sólo mencionar que aquí empezó el subidón del Lichis con su grupo "La Cabra Mecánica". Un directo cojonudo, donde recuperó canciones y pulso, se materializó en una gira agotadora llevando su feria ambulante con una energía descomunal.

En Alcoy, en un festival, pude saludar al genio (me lo había cruzado tiempo atrás en el Hebe de Vallekas, pero cada uno a su bola y todos a la de la copa). Me colaron (me gusta más colarme, pero todo tiene su mérito) en el camerino tras el concierto. Por aquellos días lo cerraba vestido de patriarca, bastón incluido y un "Larga vida a Barón Rojo".

Aquello del Barón llegaba. Porque el Barón marcó a toda una generación con aquel: "Vas sin afeitar, dice el sheriff del lugar. Y además con tías buenas...".

De todo esto lo que peor llevaba el artista era el boom de la canción de la ONCE. Aquella de "No me llames iluso", que vino de "bonus track" en el disco "Ni jaulas ni peceras" (el disco en vivo mencionado).

Así es la vida.

Luego el bajón, el abandono del paraguas comercial de nuevo (no sé si bilateral) y la sensación comentada de que Melendi ocupaba el hueco (comercial, visual o de producto mediático) que él dejaba.

Y eso, que el Lichis y su Cabra Mecánica desaparecieron. Y yo, ni corto ni perezoso, adapté la letra de su canción "Drip Pop" (escuchada en el directo) para que una nena se animara en sus recientes, por entonces, avatares.

En aquella primera conversación, a raíz de esta revelación, el autor de la original contó extremadamente rápido una anécdota sobre adaptaciones y demás de la cual me acuerdo más bien poco.

Aquí va la letra, no sin algo de pudor:

Drip Pop Adaptation
(De oficinas, informática y coches demasiado viejos, larga vida al Rock)


La Rara, la Rara, la puta de la Rara
díselo a tu mama, o díselo a tu prima...
o vete a por un donut con la Carmina...

Buscas muchas cosas, por ejemplo
Buscas encontrar lo que gusta.
Esperando en el barrio con el Daví
que arranque, ¡dios!, el puto Horizon
Y no pasa de la curva.

Parece que “aganca”.
En idiomas bien distintos
¡joder, morralla, puto!
Sin dramatismo,
que estamos hablando de un turismo.

Estribillo
Ni jefes gordos ni jefes chicos
De esos que vienen calentitos
de comerse un buen chuletón,
las gallinejas con morcón
pacharán o rioja, güiscucho garrafón.

Ni listos, ni voceras
Cada porra la última
Cada cerveza la primera
Y nuestra sábana
almidón de siestón, nos espera.

Ni listos, ni voceras
y aparta Maqueaíto
que soy el puto Josito, El Consultol.

Ni listos, ni voceras
¿Qué has tocao a fondo?
No compila la función.

(estribillo)

Ahora que sé
que el becario no tiene fondo
ni Rari techo
me jarto a reír ensimismada en mí misma
Larga vida a los WASP
que hoy estoy que lo tiro.

Andrés Calamaro
siempre ensaya con la tocha puesta.
Y ni por esas consigue
no pasarse de las 100 canciones.
No te pido que quites el compact disc,
me conformo
con que no me toques los cojones.

(estribillo)

Ni listos, ni voceras
y aparta Maqueaíto
que soy el puto Josito, El Consultol.
Ni listos, ni voceras
¿Qué has tocao a fondo?
No compila la función.
(bis)

(estribillo)

No voy al Canci, no voy al Derrame
ni voy al Menor.
Pero sé que mis amigos
tocarán “brave new world”.
Tampoco yo pediré otra canción.

Hay gente que te quiere,
Hay gente que es que mu rara,
Hay gente pa'tó.

Y hay que cuidarse, Nena,
Y fumar algo más de verdura.
Ni partirse la camisa.
Ni rasgar las vestiduras.
Ya no pido más cerveza
me reparta la columna.
vamos pa'llá...





Continuará...

martes, agosto 04, 2009

Y Hetfield cumplió años

Ayer 3 de agosto (cuando uno no se acuesta sigue siendo 3, pero bueno) cumplió 46 años James Hetfield, líder de la banda de heavy metal más influyente de los últimos 25 años. O sea: Metallica.



Sin entrar en más detalles musicales y biográficos, porque no tengo ni puta idea ni tengo ganas de documentarme, entraré en otros detalles, más propios de mi recinto blogger.

Descubrí por casualidad dicha efemérides leyendo el periódico cuando aún retumbaban en mis oídos los rasgados compases de su guitarra en un mítico concierto (mítico para mí) celebrado el día anterior.

Metallica, un descubrimiento tardío en mi sonora vocación, borró con su "Whiskey in the jar" el mal sabor de boca que dejó el concierto de Barricada apenas una semana antes. Nota: aconsejo leer el enlace, es corto y no tiene desperdicio.

Lástima de condición humana, ¡puaj! (esto es un escupitajo al olimpo de los hijoputas).

Al Hetfield se le veía feliz, disfrutando con cada temazo y mirando mucho al público (se ve mucho desde el escenario, más de lo que parece). Amortiguado por el cansancio pero también feliz por dentro, disfruté yo también.

La experiencia metalera me ha dejado tan noqueado que mi cabeza no para de repetir y escuchar el "Searcheeeeeeeeeeeeennn....siiiiikkkkandeeeeesstroy" una y otra vez.

Y es que no hay nada como un buen pisotón hacia delante para dejar atrás los malos ratos.

Y así de sensiblero me he dispuesto a brindar con whiskey a la salud de Hetfield y compañía.

"So close no matter how far..."






jueves, julio 23, 2009

Regresando del Sol

La frecuencia de publicación por estas zonas empieza a disminuir peligrosamente. O no. Cada cosa tiene su momento, entiendo.
Me acabo de enterar que el Evento Blog España 2009 ya está en marcha y ya sólo se puede uno apuntar en "lista de espera". Al final pasará como todos los años: medio aforo vacío y el otro medio atiborrado a galletas y zumos ¡qué delicia!

Si no consigo ir de inscrito lo mismo lo consigo de presentador. No sé si es requisito ser negro pero por si acaso me estuve tostando un poco al sol estos días.

Si no consigo ir ni de inscrito ni de presentador, quizá me pase por allí de todas formas, porque colarse es muy fácil. Y si no consigo colarme siempre me quedará tomarme unas cañas y tapitas por la zona, que no se diga.

Regresando del Sol tengo ahora una pulsera muy bonita que me obliga a adaptarme a la escritura tecleril otra vez. Para evitar clavármela a la altura de las venas suicidescas.

Regresando del Sol también he hecho balance: Un año desde mi nueva vida a bordo de mi propio ombligo, cipote y mochila sudada.

Regresando del Sol también he descubierto lo fácil que es volver a la ira vecinal. Sobre todo cuando el vecino acapara de pura envidia todo lo que de zona común, comunitaria o solidaria encuentra a su paso.

Regresando del Sol me he vuelto poeta y ahora escribo versos rápidos, convulsos y pretenciosos (porque pretenden llevarme a ganar un premio, ya le he pillado el truco).

Regresando del Sol me encuentro a mí mismo con bigote en la pantalla de mi móvil, al estilo Tom Selleck pero un poco más "gayer".


Regresando del Sol me traigo mi a-dorada cerveza que también me llevé allí. Adonde más la necesitaba cuando apretaba el calor (y cuando no, para qué engañarnos).

Regresando del Sol descubro que mosquitos y bichos de toda índole hay en toda habitación que se precie, sea cual sea la orientación, vegetación próxima o luminancia externa e interna.

Regresando del Sol descubro que los telediarios se sostienen con cuatro mierdas de noticias que no paran de repetir cada hora, cada día y cada semana. La podredumbre de contenidos es alarmante y estimulante para todo lo que sea ficción: como yo.

También regreso para seguir con el Sol, para no perderlo nunca, para notar su temperatura, nada extrema y su luz, nada cegadora. Para seguir hasta que se acabe.

Siempre regresando.

Ya te digo, un poeta.



jueves, junio 04, 2009

La Piscina

Ir a la piscina es un lujo. Dicen que corrige la espalda, que es buena para la circulación y que hasta duermes mejor.

Cierto.

Pero aparte de todo eso, es también una fuente de información para elucubrar situaciones curiosas y escribir relatos fantásticos (por geniales, no por irreales).

La piscina es como esos cuartos oscuros que aquel famoso comunicador insistía en recomendarme.
Primero te metes en una de las calles del vaso. Así es el lenguaje de la piscina: lo que es la piscina de toda la vida, donde está el agua, se llama vaso; y uno, a pesar de la analogía, rechina los dientes de incredulidad. Y cada zona separada por esas cadenetas de plástico de colores, como si fuera la fiesta de fin de curso de primaria, se llama calle.

Bueno, pues te metes en una de las calles del vaso (sí, voy bien) y pronto te cruzas, tocas, estorbas con otros señores y señoras de los que apenas distingues una buena napia y un poco de la chepa, según estilo natatorio.

Todos vamos con nuestros gorritos (¿por qué no se llamará esto capuchón, o funda elástica o condón?, lo digo por complicar más el lenguaje acuático) y nuestras gafas que parecemos sacados de un videoclip popero de estos guays que se llevan ahora. Sí, de gente como muy transgresora, superjipi, superdejada, superencantada de ser guay, que se pone lo primero que pilla, así informal, todo del ABC Serrano...

Vamos, que mejor meter la cabeza debajo del agua y sacarla lo justo o nunca (según pulmones).

Pues así vamos cruzándonos, tocándonos, estorbándonos, a veces pegándonos un manotazo o, peor aún, una buena patada (el estilo espalda no es de dominio público pero a la gente le encanta practicarlo) sin saber quién es quién, como en el cuarto oscuro.

A veces, tras el impacto, uno eleva la cabezota como una tortuga en celo y mira a su agresor, que sigue como si nada, o se vuelve también, como otra tortuga. Nos miramos intentando averiguar quién se esconde debajo de esas pintas (a todos nos gusta saber quién nos toca la entrepierna o el cuádriceps aunque sea fugazmente).




Pero nada, no hay nada que hacer.

Luego, en el vestuario, la ducha. Miradas torvas, asesinas o sibilinas. Nada, ni rastro. Uno allí, desnudo, sólo piensa en salir lo antes posible. No por nada especial, pero sólo piensa en eso.

Mientras te vistes, tres cuartos de lo mismo: miradas torvas, asesinas o sibilinas. Luego coges tu bolsa, te peinas un poquito y te vas con tus marcas en nariz, ojos y frente (gorrito y gafas). Así, sin más.

El culpable está a salvo, nada como un cuarto oscuro para hacer lo que a uno "se le dé la gana".

Mañana otra vez a la calle del vaso con mi gorrito y mis gafitas, a hacer un poco la tortuga. A la piscina, vaya.



martes, mayo 12, 2009

La Mascarilla

Pasó el terror, el pánico a la gripe indefinible que acabaron llamando "A". Me hizo gracia cómo empezó el rollo.

A los que embarcaban en México les hacían preguntas: ¿Te duele la cabeza? ¿te encuentras mal? Muy efectivo, la verdad.

Luego pasaron a pasar un cuestionario:
-Yo no entiendo el español y lo he tirado al suelo-contestó un viajero no-hispanohablante.
-Ole tus cojones-pensé.

Enseguida el primer caso en España:
-Coño, Albacete existe- me pasé ese finde pensando.
Allí se hizo un seguimiento especial a un paciente con síntomas similares a un catarro mal curado. Como si fuera E.T.
Luego otro caso, creo, y las cámaras filmando la ventana del dormitorio del joven enfermo. La ventana abierta, no se vaya el virus a deprimir dentro.

Ya aparecían las primeras mascarillas por los hospitales. Los pacientes aislados. Los que habían estado en contacto con el enfermo recibían un seguimiento.
-¿Les toman la temperatura o les hacen rellenar un cuestionario?-otra vez pensando.

Y en la tele cada telediario empieza con una cifra nueva: "5 casos más de gripe porcina"..."10 casos más de gripe A"..."España cuarto país en número de afectados".

¡España, España, España! Sólo nos acordamos de España para la Eurocopa y para las pandemias. El resto de ratos, todos a leches por pillar competencias (pasta, para los que acaban de empezar el plan Bolonia y confunden al Ché con Benicio del Toro).



Mientras en México jodidos. Todo suspendido, todos con mascarillas, besos sin lengua, iglesias sin rezos. Un desastre.

Mucho mejor se lo han montado en China:
-¿Que hay aquí cuatro mexicanos?...Nada, nada, se precinta el hotel y de aquí no sale ni entra ni Dios hasta ver si se ponen malitos-ahí me salió la querencia china, no sé si de comer tanto tres delicias o qué, pero me salió.

Ahora ya pasó. Ya vuelve todo a la normalidad. Ya no anuncian el número de contagiados.
Sí, amigos: Ya nos podemos contagiar tranquilamente, sin que te toquen las pelotas. Ya pueden seguir los virus mutando para devolvernos el triste favor que le hicimos a la Tierra.
-Nos estamos cargando el planeta entre todos-dijo mi tía un día. Simple pero sabia reflexión.

Nos centramos tanto en el Silicon Valley, en hacer manos ortopédicas, en descargarnos cosas y en perseguir a los que las "suben", en hacer coches que la gente compre (si se ponen de moda los eléctricos, pues los eléctricos, no hay problema), tanto anuncio con vidas de mentira, tanto spot de avance de series que luego no llegan al tercer capítulo; tanto llorar por las esquinas porque nadie tiene un pavo, ni trabajo, ni financiación, ni ganas de independencia. Tanto llorar los del Madrí, tanto sufrir los del Aleti, tanto gozar los de BarÇa: que si Florentino, que si Boluda, que si Guardiola, que si Iniesta es muy bueno. Tanto buscar cosas en google, tanto revender entradas de conciertos mastodónticos. Tanto Nadal, tanto Zapatero, tanto Rajoy, tanto Gürtel.

Tanto de todo que al final se nos ha olvidado que lo que importa es plantar tomates, mirar al cielo por si llueve y cuidar que los virus no muten.

Estamos jodidos, porque somos mortales e insignificantes, por mucha mascarilla que se ponga uno.



domingo, abril 12, 2009

El teléfono de 3 cifras

Truman, o sea yo, está cobrando cuerpo y, como las vainas de "La invasión de los ultracuerpos", se ha ido apoderando de la realidad real que es la vida alejado de los teclados, los ratones inalámbricos y los tuentis y esas cosas.



Pero bueno, alguna vez logran que vuelva al medio, aquí, a esta página de escritura visceral, sin gadgets, sin widgets y sin extrañas y atractivas plantillas.

Esta vez lo ha logrado el "Teléfono de 3 cifras".

El teléfono no paraba de sonar, diez veces mínimo al día, con este número parpadeando en la pantalla del móvil. Ese número no se coge, no se descuelga para encontrar al otro lado una promoción de voz digitalizada con una superoferta que dura una semana y por la que tienes que darte de alta bajo pena de 5 euros más IVA y cosas así. Ofertas que te dicen que pagas un minuto y hablas 100, que ya ves tú después de 100 minutos hablando las ganas de vivir que te pueden quedar.

Lo que más jode es que, mientras suena, tu teléfono no está operativo y encima se te gasta la batería. Total, que jode.

Pues nada, el numerito de 3 cifras sigue sonando; así ocurre durante unos cuantos días; hasta que las bolas de dragón Z entran en incandescencia total y llamas al número de atención al cliente. ¿Sabéis cuál es ese número? Sí, el mismo de 3 cifras.

Marcas y al otro lado ya no hay una máquina. Bueno al principio sí, una máquina que te informa de una promoción y te dice, además, que la conversación será grabada. Yo creo que esto lo hacen porque para fin de año editan un CD con los mejores momentos de la "Atención al Cliente" (los Attention Gold's) y se lo echan a los empleados en la cesta de Navidad, junto con las aceitunas rellenas y los espárragos.

Tras la máquina aparece una señorita que seguramente trabaja en condiciones medianamente malas y que seguramente vive en un país donde su sueldo no alcanza ni para comprar palomitas en el cine (bueno, al paso que va la burra, no nos alcanza para esto ni el de aquí).

La señorita te trata con amabilidad y se hace eco de tu petición.
-Por favor, me gustaría que no me volviera a llamar el nºnºnº.
-Seguramente es una promoción que le puede a usted interesar.
-Sí, ya, pero es que no quiero que me vuelva a llamar. Porque sin exagerar (exageras) me llama más de veinte veces al día.
-De acuerdo, Sr. Truman, anoto aquí su petición. ¿Necesita alguna cosa más?
-No, gracias.
-De acuerdo. Solamente comentarle que hay en estos momentos una promoción de llamadas. Por cada minuto puede hablar 100...

Aquí estás a punto de colgar a la amable señorita. La única pega es que no sabes dónde se encuentra la oficina ni si tendrás cuerda suficiente y coartada.
(Festival del Humor Negro)

En lugar de mandarla a tomar por la zona basal de un vaso, contestas:
-¿Y estas ofertas se pueden estudiar también a través de internet?
-Sí, a través de la Zona de Clientes.
-Vale, pues ya las miro por ahí, gracias.
-Muchas gracias por su llamada, Sr. Truman y buenas tardes.

Por fin te libras del numerito de los cojones.

¿O no?

El teléfono vuelve a sonar. Podría ser el Sr. Cliente Torrezno, o el chisposo Proveedor de Actuaciones, pero no. Es él, de nuevo.

Recuerdas en esos momentos la peli "El diablo sobre ruedas", donde un camión fantasma no paraba de perseguir a Dennis Weaver (nuestro detective McCloud, para los más viejunos)





Piensas que debe ser que aún no han hecho efectiva tu "nota" pero, como estás harto, esta vez lo coges.

-Esto es una encuesta sobre el servicio que le acaban de prestar - dice una máquina.
-Valore de 1 a 5 las siguientes cuestiones.
Algo así, dice, uno no se acuerda de estas cosas.

Y allí te ves contestando al puto "number"; a cada una de sus preguntas.
La encuesta dura poco, menos mal. Al final la máquina te da las gracias (mucho más agradecida que cualquier electrodoméstico de los que se tienen en casa, las cosas como son) y finalmente cuelgas.

Bueno, piensas, ya está. He sido un cliente bueno y les he hecho la puta encuesta de calidad. Ahora que cumplan ellos su parte.

Un minuto más tarde entra un mensaje en el móvil. Es de...

¡El teléfono de 3 cifras!

El mensaje dice algo así como: "Gracias por utilizar nuestro servicio. Estamos aquí para ayudarle".

Me eché a reír mientras mascullaba: ¡Hijos de puta!



jueves, marzo 19, 2009

La risa que cura

Con esta crisis que continúa dejando en la cuneta del paro cada día a más amigos (de los enemigos ni me preocupo).
Con estos telediarios escabrosos que abren la agenda informativa con sucesos lamentables pero no relevantes.
Con estos políticos tapándose de mala manera las vergüenzas (las que les quedan).
Con estos líderes religiosos propios de la Edad Media, de tiempos oscuros, de "olor a manío".
Con estos banqueros generosos que no atienden las llamadas, las peticiones ni aceptan pagarés porque no les sale de los huevos.
Con esta manera de endeudarnos entre todos garantizando no sé qué solvencia de empresas que se van a pique y a la vez reparten comisiones entre sus directivos.
Con este pacto por bajarnos todos el sueldo (los curritos, vaya), otra vez el esfuerzo de "entre todos" reducido a la clase trabajadora.
Con estos líderes de opinión intentando llenar espacio en el medio a base de conectar con la Bolsa una y otra vez.
Con todo este panorama me entrego, como siempre, a la risa.
La risa que cura:
La parodia de José Mota
El sarcasmo de "El Gran Wyoming"
La excentricidad de Flipy.



La acidez de Ángel Martín
La paranoia de Muchachada Nuí
O el buen rollo de Pablo Motos
Y la energía de cualquier cómico que se sube a un escenario.

La risa me cura, Dios te salve, risa, a tí.



lunes, febrero 23, 2009

El Vendedor Idiota

Suele pasar. Uno es idiota con unos y adorable con otros. Así.
Me imagino que Punset tendría mucho que decir al respecto. Yo, no mucho.

El otro día, inmerso en mis días de derroche por culpa de la crisis (sí, paradójicamente la crisis me ha empujado a ello), me encontré con un vendedor, un vendedor idiota.

A ver, se supone que tú, como vendedor, no como persona, no como tío que se quiere follar a la persona que tiene delante, no como tío que quiere invitar al cine al que tiene delante, no como tío que quiere ser solidario con el que tiene delante, no como tío que quiere ser servil con el que tiene delante, no como tío que quiere ser simpático con el que tiene delante, no como tío que quiere ser locuaz con el que tiene delante, al menos, querrás venderme algo.

Pues no, resulta que no. Que está más preocupado por follarse a la persona que tiene delante, invitar al cine al que tiene delante, ser solidario con el que tiene delante, ser servil con el que tiene delante, ser simpático con el que tiene delante, ser locuaz con el que tiene delante.

Y no, querido vendedor idiota. Yo sólo quiero que me busques el producto que te estoy pidiendo; que si lo tienes, me lo vendas y que si me quieres ofrecer algún producto adicional tipo Multigarantía, Supergarantía, Megagarantía, Ultragarantía, Teragarantía, Hipergarantía, Chachigarantía, Magicgarantía, Extragarantía, Maxigarantía, y te digo que no me interesa,
no me mires como si fuera tonto por no aceptarlo, de verdad, corres un riesgo inesperado.

Los clientes a veces reaccionan de forma inesperada ante tu mirada de prepotencia frustrada.
Puede que decidan no comprar, devolver el producto, escupirte, pegarte una hostia, tratarte con igual prepotencia, hablar con el encargado, poner una reclamación, esperarte a la salida, saltar por encima del mostrador y sepultarte entre cajas, insultarte a voces, entrar en una crisis destructora o tirarse un pedo y pirarse de allí. Y en definitiva, cualquier cosa.

De verdad. El comprador y el vendedor, lo dos, podemos ser idiotas aun siendo personas adorables. Pero si uno de los dos lo tiene claro, no lo jodas, vendedor idiota.


lunes, febrero 09, 2009

El Servicio Público

No es cuestión de hablar de váteres en lugares alejados del hogar, no. Bueno, quizá sí, quizá en otro momento o quizá esto lo cuente otro, que yo el tema de aguas menores o mayores lo llevo bastante interiorizado.

Aunque algo de cloaca hay en esto del servicio público. Y todo porque a la gente no se la evalúa correctamente para el puesto que va a desempeñar ni se la advierte de sus obligaciones y responsabilidades.
Para trabajar en un servicio público parecen obvias dos aptitudes:
Ser servicial, es decir, disfrutar ayudando a los demás.
Y saber tratar de cara al público, sea este como sea.

Hay mucho cantamañanas, tanto a un lado como al otro del mostrador, pero el que da el servicio debe saber que su responsabilidad está en conducir la situación y tratar al "cliente" lo mejor posible.

Pero cuando uno hace "¡toc,toc!" en una ventanilla de la administración pública te puede pasar de todo.
Desde que te atiendan de una forma correcta, agradable y con espíritu servicial, es decir, alegrándose de haberte servido para algo con su gestión, o que te traten sin saber de dónde les viene el sueldo y qué es lo que realmente hacen allí.

Por eso, es normal que te digan:
-Espérate un ratín, que ha ido a tomar café.

O cosas como:
-¡Uf!, es que a la una cerramos y ahora no te puedo atender.
-Ya pero son menos veinte.
-Sí, pero entre que fichamos y tal, no me da tiempo. (algunos no entienden la diferencia entre horario de atención al cliente y horario laboral).
-Ya pero es que no soy de aquí y no puedo hacer la gestión otro día.
-¡Eso lo mandas por fax y ya está!

Que tú piensas: "¡Haber empezado por ahí, lustroso hombre!". Lo de lustroso es porque hace un lustro que no se lava la cabeza ni coge un lápiz, entre otros mínimos imprescindibles.

En general, flota en el ambiente que el funcionario de turno lo que te hace cuando te arregla un papel o te pone un sello, es un favor. Favor por el que tienes que estarle agradecido el resto de tu puta y miserable vida.

Y tu nivel de exigencia sobre el sujeto-servidor es comparable al que tiene un mosquito que reclama parte de la bombilla como territorio propio.

Eso sí, en cuanto hay un rumor de privatización: Todos a la calle a matar incluso por defender lo suyo. Sí, yo también mataría por poder hacer la compra en mis horas de trabajo, tener un horario reducido y un sueldo cuanto menos curioso.

También es de una grata sorpresa descubrir que en la ventanilla que pone "IRPF" te miren como si estuvieras buscando un cubo de Rubik con forma de melón al preguntar algo sobre la declaración del IRPF. Sí, del IRPF, no de las lechugas mutantes de Soria, ni de la diarrea retrocircular del búfalo de agua. No, amigos, en la ventanilla que pone "IRPF" es nombrar algo con estas siglas y a la funcionaria le entran ganas de vomitar. Creo que, si pudiera, daría a un botón debajo de la mesa para que el de seguridad se me llevase a patadas fuera del recinto.


El espíritu servicial también tiene mucho que ver con la sonrisa. No digo irte de cañas con el ventanillero, tampoco que te rías a carcajadas de mi nervioso chiste lanzado como señuelo para una agradable aunque corta relación social. Hablo simplemente de no tener cara de estúpida prepotencia, de cenutrio con patillas, de tontorrona legañosa.

De esto saben mucho los que te examinan en una oposición, que te miran mientras lees como si les estuvieras amargando no ya la mañana, sino la vida entera. Ponen caritas que a veces no evalúan hasta qué punto uno no estaría dispuesto a tirar el examen al suelo y ponérsela del revés. Tal es el grado de crispación que llegan a provocar con su indiferencia y descompostura.

Los tribunales, al igual que muchos profesores, no son conscientes que están ahí para servir y para ayudar, por encima de cualquier otro requerimiento, plan estatal o dogma que uno quiera "intravenarse".

La persona perteneciente a eso que se llama Servicio Público no es diferente de cualquier otra, pero tiene que entender que en su papel, en su competencia, está serlo.

Mañana me las veré con uno de estos retratados crispantes. Ya veremos cómo acaba el tema. Espero que no como las cuentas de la amiga Aurora.




Dedicado a todos los que sí me trataron bien.


La respiración contenida

De un día para otro vino la hostia y cortó la respiración. Un virus malo, malísimo, llega, se expande, mata, colapsa. De un día para ot...