jueves, abril 27, 2017

Jaime Caravaca: vivir comediando...

Grandullón pequeño, juguetón, serio, Jaime Caravaca, agarrado a un cigarrillo que chupa como si fuera un pezón deslechado, vive comediando. La comedia siempre en su cabeza. Bueno, eso y los revolcones que se pega siempre que puede. 

Friki de casi todo, transformista, cabaretero del humor, despliega todo su arte en su casa, con su Murcia Comedy Club, que es más que un Comedy Club, es una experiencia total y única, lo que ahora llaman una experiencia 360º. 



Jaime te cuida, te regala y te arropa. Entiende, escucha y aconseja. Goza, sufre y te libera. Jaime es un chamán en un mundo más gañán. Desde su Murcia ambigua y sus contradicciones de amor-odio hacia aquella maravillosa región, tan denostada por listillos de ciudad que no hacen reír ni resbalando con piel de plátano, Jaime se extiende por allá donde para: locales, amistades, contactos, risas, burguers, vídeos virales, colaboraciones, manos izquierdas, a la espalda, con dagas, con miguelitos, con fuerza, con rencor. Jaime es España, Estado Español, República federal de cómicos.

Con su pinta de Peter Ustinov en Quo Vadis, sus rizos, sus chaquetas, sus uñakas y ese tattoo de Queen que tanto me mata, cantar junto a él "Don't stop me now" ha sido de lo mejorcito que me ha pasado, rodeado de chupitos y energía en La Urbe del Kas.



Jaime lo peta con su zapping doblado pero le quita importancia. Lo peta con su presencia y saber estar encima del escenario, pero le quita importancia. Jaime es grande, crack, puto amo, figura, artista y todas esas cosas que recibe un cómico a modo de tópico piropo. Pero lo mejor es irse de compras con él al centro comercial, como salido de una peli de Kevin Smith o Judd Apatow pasea su cuerpazo de tela negra y su bolso cruzado como una Señora Doubtfire del Metal mientras se deja atraer por peluches de Pixar o Disney o videojuegos en oferta. Todo desde la más absoluta felicidad. 

Jaime vive comediando: trabaja sin parar para generar trabajo, edita, compone carteles, lleva, trae, viaja, hace minutos, presenta, hospeda y además es un público brutal, cosa rara en un cómico. Disfruta del texto de otros como si de un fan ejemplar se tratase. Y todo esto sin correr. No le he visto correr en mi vida. Siempre pausado, siempre parsimonia, con su estrés encerrado en su corazón y esa sonrisa pícara que hace que todo sea más fácil. 

Jaime Caravaca es indispensable y le sobran codos e indiferencia para seguir siendo referencia allí donde va, porque es todo lo contrario a mediocre y eso siempre triunfa, sobre todo, si vives comediando...









jueves, marzo 02, 2017

Disparen a Darío Adanti

Darío Adanti, ilustrador, dibujante y HUMORISTA, así, con mayúsculas, ya que así se define y etiqueta él mismo. Le costó encontrarse pero ya lo sabe, es humorista. Hace humor. 


"La sátira que no ofende no es sátira, sino crónica de actualidad"

Darío acaba de publicar "Disparen al humorista" un manual sobre el humor en formato cómic, cómo no, donde abordar temas tan traídos últimamente como los límites del humor, pero también temas como qué es el humor, la risa, la comicidad. Temas que entroncan con todas las disciplinas: psicología, filosofía, historia, lingüística...



Darío ha recopilado mil notas (nos enseñó algunas) de mil lecturas. Porque este apasionado del verbo y la agilidad mental es un veterano lector, un devorador de definiciones, disquisiciones, aproximaciones a todo y a nada. Porque Darío nos propone y levante el acelerador para volverlo a pisar. Ese relativismo, esa negación-afirmación nos hace ver en las páginas de "Disparen al humorista" una propuesta abierta a pensar antes de hablar en este mundo tuitealizado donde la opinión no llega a eructo de ideas y donde seguimos necesitando reflexión.

"Los hechos felices no necesitan del humor para poder afrontarlos"


"Disparen al humorista" es un libro que debería estar en las escuelas y al lado de cualquiera que quiera dedicarse al humor o se dedique ya (aun triunfando) si el ego le permite leer otros puntos de vista.

"Primer mandamiento del humor: Buscarás siempre el chiste" 

En este manual hay algo que pervive en el transcurso del relato, de los relatos. Porque siempre que nos expresamos decimos más de lo que queremos decir. Intuimos no sólo un ejercicio de exorcismo del miedo que produce que alguien te pueda matar sólo por dibujar, cosa presente en "Disparen..." sino también cierta pena porque eso sea así. La búsqueda de qué es el humor, de vincular la risa a lo más intrínseco de la naturaleza humana se antoja una necesidad de reivindicar que dejen en paz al humorista, de lamentar la sociedad y el sistema que aprieta siempre la línea del humor, la trinchera de los humoristas dejando otras sórdidas trincheras indemnes. 
"El pájaro en la mina"

También es una reflexión sobre la libertad y sobre cómo unos a un lado y otros al otro van con sus militantes dogmas presionándola. Da igual el "bando", el "lado", "el color": siempre enfrentado al humor.

En "Disparen al humorista" se pasa del Big Bang a una cáscara de plátano, de Mark Twain a Feynman, Hegel o Darwin; se explican chistes (¡lo que nos gusta un chiste explicado!), se baja a los infiernos y se deambula por cerebros. Todo de la mano del Sr. Cabeza Tostadora, Palito Bonardi, Fabricio y el propio Darío.

Lean y disfruten, pasen y vean, repasen y reflexionen. "Disparen al humorista". Necesario, revelador y placentero viaje al corazón del humor.

"Bienaventurados los que ríen: porque lo cómico los perseguirá"

...nosotros le perseguimos a él.


viernes, febrero 03, 2017

Manu Kas: el humor como espejo

Manuel, Manolo, Manu Kas es ese tío de Vallekas que explotó hasta decir basta eso de ser de Vallekas, como si no hubiera más barrio, extrarradio, oxorradio, extraordirradio, religionarrio, y que tiene razón; porque Vallekas es especial y tiene esa autenticidad que la gentrificación ha eliminado de otras zonas míticas de Madrid.

Manu Kas es ese comediante frágil que se mueve sinuoso sin moverse, haciéndote una cobrita mientras actúa, mientras te las mete dobladas con sus reflexiones sobre el ser humano. Porque Manu no se anda con chiquitas (que también), y explora la naturaleza de eso que llamamos el Homo Sapiens como un entomólogo.

Manu es un espejo, porque habla sin pudor de sus miserias, te hace cómplice de ellas, porque son las tuyas y ríes porque sabes que no hay solución, que esas miserias que te plantea no tienen remedio. Que seremos así siempre, que volveremos a caer, que volveremos a renunciar, que seremos siempre carne de cañón, que no pasa nada, que nos resignamos, que peleamos como insectos ciegos contra lo irremediable.

Por eso Manu se retuerce mientras nos da la chapa, porque se sabe perdedor en la batalla, porque nos habla desde la derrota sin tapujos. Manu nos habla desde el mar revuelto a base de contradicciones, de frases hechas, de abandonos y de desaires. Desde ese mar que no le corresponde ni le quiere pero en el que no tiene otra cosa que hacer que estar, y mantenerse, y pelear, y sentirse ganador aunque solo sea con un micro pegado a los labios a modo de chaleco salvavidas.

Manu es muy grande pero se siente pequeño. Y ahí radica su grandeza. En su pelo revuelto, en su día después, en sus vasos llenos y vacíos, en su melancolía barata, en su pique ideológico, en sus redes, en sus hilos, en su tartamudez de arranque de frase.

Manu Kas dice cosas maravillosas en los textos grabados en Comedy Central (antes Paramount Comedy), que son la punta del iceberg de su talento. Porque Manu, apoyado en la barra, o con un teclado y un chat es prodigioso también, sin cortes, sin matices, sin ataduras. Manu es una bomba de verdad en un mundo sin norte, norteños ni brújula que entienda de humor.



Manu te pone en tu sitio sin pretenderlo, porque siempre está como de favor, como de paso, como sin merecerlo en un mundo lleno de perros de presa, de nauseabundos textos de mierda de animales que se extinguirán por inútiles. Manu es un lobo solitario buscando amor en un whatsapp lejano, un buscador de oro que espera la hora para ir al bar a contar sus lances, un buhonero de los pueblos deseando parar.  Manu Kas es ése, ese tío de Vallekas.




miércoles, enero 18, 2017

Buscando la Comedia: el documental

Martes 17 de enero. Interior. Noche.
Madrid. Cine Acteón. 
Estreno del documental "Buscando la Comedia". 



Llegamos a la puerta y aquello es peor que una boda, en el buen sentido. Es un no parar de saludos cercanos, abrazos, besos, presentaciones, manotazos al aire de los que están a unos metros y a los que no vuelves a ver en toda la noche. Se estrena en Madrid el documental de Carolina Noriega. Lo decimos así porque es el alma máter de todo esto y porque nos ha invitado amablemente, cosa que agradecemos desde el mismo alma.

Charlie Under nos pone una pegatina con su perenne sonrisa de sobrino malote y entrañable. Maika Jurado nos abraza. Luego, tras terminar el pase nos volverá a abrazar y contará que pensaba que el estreno era el miércoles, que ella había venido al cine a llorar con la de "lalalán" y que le extrañaba que tanto cómico hubiera decidido ir ese mismo día también al cine (esto es encontrar la comedia).

La sala está bastante llena, petada de cómic@s. Hay tanto ego allí reunido que tememos que pueda reventar el patio de butacas. Pero no. Hay ilusión y expectativa por lo que va a ocurrir, que se antoja bello y necesario.

Luismi, David Navarro, Raúl Navareño, Susi Caramelo, David Cepo, Gustavo Biosca, Jorge Guerra, Nene, Agustín Jiménez, Marielena y Juan de la Choci, Toni Cano, Víctor Parrado, Maru Candel y otros mil más andan de aquí para allá o tomando asiento.




Mientras, un tipo con un saxofón monta un show lleno de energía y buen rollo que hace plantearse a más de uno si lo de la guitarrita ya está de más y ahora lo que se lleva es rematar el show a golpe de viento. 

Sale Carolina, divina, reposada, nerviosa y feliz. Presenta el documental y nos ponemos a ello. 

El documental presenta, con Charlie Under como hilo conductor, aunque con poca presencia física, las preguntas que alguien que se aproxime al mundo de la comedia con cierto interés por dedicarse a ello se pudiera plantear. Y, a modo de episodios rotulados, una serie de cómicos de mayor o menor recorrido expresan sus opiniones, vivencias y reflexiones sobre ello. 

El contenido es ameno, toca muy de cerca, atina y desatina según el criterio de cada uno y esboza un mapa emocional del recorrido vital de un cómico: el proceso creativo, los miedos, la soledad del cómico, las anécdotas, el dinero, el éxito, la gestión de la vida personal. Todo el drama y toda la locura de este mundo tan apasionante y para el que casi nadie está predestinado a habitar. 

"Buscando la Comedia" intenta mostrar ciertos hilos a través de los testimonios de una gran variedad de cómicos: unos frustrados, otros de vuelta, otros viscerales, en la mayoría diríamos que con un puntito de decadencia sana pero de gusto por la elección, como el que toma un chupito de tequila sabiendo que el gesto posterior no delatará el placer que se siente. 

Cada cómico, sin quererlo aunque quiera controlarlo, se retrata. Se retrata incluso en lo que no quiere que se retrate. Ver a Toni Moog realizando todo su testimonio mientras se hace un tatuaje, al margen de lo que puedan aportar sus palabras, a Quique Macías con su copa de vino en una terraza, a Hovik con su cigarro y su mirada existencial y a la vez tan hepática de la vida, la locura lúcida de Luis Álvaro, las aportaciones impagables de Agustín, Goyo, Josema Yuste o Juan Herrera, la nobleza de Vaquero, la llanura de Danny Boy o Álex Clavero, la frescura de Maru Candel y el rencor sincero más absoluto del gran Gustavo Biosca, que se llevó de calle las palmas del respetable. 

Recogimos del documental mucho menos ego del esperado, salvo casos muy, muy aislados. Buenafuente fue muy generoso en sus palabras hacia los que nos subimos a un escenario. Joaquín Reyes desveló que para su mujer no es un referente o al menos no como para el resto de reyentes

En el documental también hubo mucho de contar todo eso que se come un cómico en soledad: los pinchazos, los kilómetros, los bares malditos, los hosteleros inapropiados, el público hiriente. También hubo mucho de contar que es la mejor profesión del mundo, la más mágica, la más audaz.

Se dijeron muchas cosas. Algunas recogidas así, a vuela pluma (y por eso no se entrecomillan, por no arriesgarse a que no sea literal) fueron:

-Abrir elementos frontera que están entre lo visible y lo invisible. Juan Herrera sobre cómo fijar la vista y hablar sobre algo nuevo.

-Las horas de soledad son muchas horas. (que no recordamos quién lo dijo). 

-Que estés condenao y atao a un maleducado. Sara Escudero hablando de lo difícil que es actuar en ciertos locales.

-Si eres artista y cero pelota tienes la vida hecha. Gustavo Biosca.

-Lo mejor, no madrugar. Carolina Noriega. Sobre cosas buenas que tiene el oficio de comediante.

-Si eres gracioso se abren las puertas del cielo. Agustín Jiménez. Que estuvo muy sabio en todo lo que dijo.

-Mi rollo de pasao y a la vez inteligente y daliniano. Gustavo Biosca sobre su manera de actuar y su ombliguito, dicho sea de paso.

-Para ser cómico hay que ser gracioso, digo yo. Hovik. Directo como siempre. 

-Eres un analfabeto funcional; no vas a aprender de mis chistes. Quique Macías, sobre cierto público con el que es mejor no combatir.

-Yo no puedo vivir sin actuar. Quique Macías en otra declaración de intenciones.

-El escenario es tu zona de confort. Joaquín Reyes.

-El verdadero cómico sólo es cómico. Biosca se enredó aquí en la digresión sobre que si, por ejemplo, eres guionista en un programa de televisión, ya no eres cómico. Podríamos poner unos cuantos ejemplos de cómicos que son guionistas y son cómicos sin ser "sólo cómicos", pero bueno.

El documental, en líneas generales, mostraba algunas carencias técnicas, tanto en lo visual como en el mapa sonoro, pero el contenido era suficientemente potente para que esto pasara a un segundo plano. Destila pasión y mucho esfuerzo y hay que recomendar fervientemente su visionado para entender, sobre todo, qué pasa por la cabeza, el corazón, las ingles y, sobre todo, las tripas de una persona que se dedica a esto de hacer reír subido encima de un palé, un remolque o las tablas de un teatro. Sus miedos, sus atrevimientos, sus soledades y sus franquezas.

Carolina y sus colaboradores pueden estar satisfechos, el proyecto era descomunal. Cerrarlo y estrenarlo habrá sido un dolor. La verdad sólo la conocen ellos. Verdad y Dolor. Soledad y Público. Éxito y Pinchazo. Ego y Compañerismo. Todo esto y más. Eso sí: siempre nos encontraréis buscando la Comedia.

Foto de Marta Malo


La respiración contenida

De un día para otro vino la hostia y cortó la respiración. Un virus malo, malísimo, llega, se expande, mata, colapsa. De un día para ot...