martes, noviembre 19, 2013

El humor está en el aire

Anoche se estrenaba "En el aire", la nueva aventura del gran Andreu Buenafuente en LaSexta (Atresmedia).
Volvían algunas señas de identidad de etapas anteriores, volvía Berto Romero a su lado. Y volvía el monólogo inicial repasando la actualidad.

Hoy, esta mañana, anoche mismo vía redes sociales, ya comenzaban las primeras críticas, las primeras subjetividades, respetables y adorables.

Los que más cera recibirán serán (no podía ser de otra manera) los nuevos colaboradores. A todos nos gustaría estar ahí y eso, quieras que no, enciende la ira y la "bifidad lingual". Sin embargo, dada la presión de trabajar al lado de los grandes, su estreno fue más que aceptable.

Es muy difícil ser original, es muy difícil llegar a todo el mundo, esto ya se asume de entrada. Pero la apuesta por hacer un programa en directo ya es digna de todo elogio, en esta televisión actual donde la postproducción te arregla un programa o convierte diez brutos anodinos en un producto de entretenimiento casi de culto: véase "Un príncipe para Corina" (Cuatro, Mediaset).

La tele actual, y más los programas de entretenimiento, practican la apropiación audiovisual, mostrando a través de su pantalla hallazgos más o menos graciosos o impactantes en el maremágnum global. Las nuevas tecnologías permiten encontrar vía internet un número inagotable de "tontás" a las que sacar partido a través de la televisión. "En el aire" también utiliza dichos hallazgos con mayor o menor fortuna, porque si bien es evidente que hay muchos hallazgos, también lo es que los usuarios de la red están de vuelta de casi todo.

Todo esto para decir que más allá de la apropiación audiovisual, con vídeos o fotos más o menos graciosos y más o menos bien comentados y más allá de los chistes que pasarán de brillantes a correctos y de correctos a brillantes constantemente, el humor del nuevo programa de Buenafuente está en el aire.

Anoche me senté a ver el programa y el simple hecho de ver a Andreu y a Berto replicarse, interrumpiéndose, mirarse ya generaba un universo humorístico reconocible y perpetuo. Por eso, todo el equipo de "En el aire" estará hoy currando a tope para sacar el programa adelante, para mejorar y despertar el interés y la risa de todo el que se siente delante, porque el "core" es muy potente.
Porque el humor de esta gente se siente y está en el aire. ¡Y esta noche más!







miércoles, marzo 27, 2013

Asun Serra


Uno conoce a Asun Serra y queda tocado con su energía. Su entusiasmo sólo es comparable con su talento en escena y su verborrea. Sí: esta mujer no para de hablar.
Conecta palabras, adjetivos y entonaciones de voz como nadie en el mundo mundial de todos los mundos posibles reales o inventados, cristianos, ortodoxos o marxistas.

A Asun le cuesta escribir los textos en papel. Dice que los imagina y los vomita en la cocina, en el coche o donde haga falta hasta subirlo al escenario y deleitar con su frescura a los que están al otro lado del micro. Y se obliga a inventar siempre, a no quedarse con lo que funciona ya, a disfrutar con cada línea nueva que tira al aire, a veces hostil, que la escruta.

Va de “maru”, de comprometida, de loca de atar. Pero sobre todo va de acá para allá. Y ahora, después de leer su sencillo y emotivo libro “Mujeres de alas rotas”, creo saber por qué.
Asun Serra busca sus alas, aquellas que tuvo y que ahora nota haber perdido a pesar de todo lo bueno que tiene.
Por eso es capaz de chuparse 500 kilómetros en una noche; llevar gafas de sol cuando aún no ha salido éste; subirse a un pub; llegar a besar a su pequeña; dormir lo justo; ducharse y salir de nuevo con el coche rumbo a no sé qué otra movida. Todo por encontrar sus alas.

Triunfó en su momento en la radio, luego hizo las américas, con tiros de por medio y tocada de vida sin envoltorio ni tenedor. Hace unos años pensó que esto de los monólogos podría funcionar y se lanzó a ello. Por medio se le cruzó la televisión, donde revolucionó y fue el alma máter (nunca mejor dicho) del programa “La tarde con Cristina” en la tele de Castilla y León.

Con tanta fuerza se lanzó que gana todos los certámenes que se propone y pierde también estrepitosamente aquellos que vienen cruzados por no se sabe muy bien qué maldades o asincronía emocional de la artista con la vida.

Esta chica promete y consolida, achucha y se relaja, compra pan y bebe cocacola. Es un ángel con alas, pero creo que no lo sabe.

lunes, febrero 18, 2013

Premios Goya 2013 – El ánimo de un guión desanimado


Me gusta ver los Goya, también para criticarlos, pero no sólo. También los veo porque me gustan sus momentos emotivos,  por ver a algún premiado que pronosticas subiendo al escenario y por simple curiosidad.



Esta gala ha sido bochornosamente larga. No sé si ha sido así crono en mano, en mis neuronas sí. He bebido lo justo para llevarla lo mejor posible: lo juro.

El guión endosado a la habilidosa Eva Hache estaba muy poco trabajado, parece que les pilló el toro de Blancanieves. Los chistes eran de premisa infinita y remates previsibles. Tediosos también en su machacona insistencia política: los chistes de política necesitan de más vueltas para llegar a ser siquiera ingeniosos. Mal, muy mal.

Para colmo, todo el mundo haciendo el chistecito del “sobre”, que se vengó con la jugarreta “ugartiana” a la mejor canción: impresentable error y gestión posterior del mismo.

El discurso del “jefe” de la Academia, aparte de la disculpable capacidad oratoria, fue en una línea victimista muy habitual. Ver tanta burguesía rasgándose las vestiduras da un poquito de vergüenza ajena, la verdad.

Por eso nos rendimos todos a la frescura y visceralidad de Candela Peña, que recibe un Goya y denuncia su propia precaria situación, esa sí, nada burguesa. Por eso se nos atraganta tanta cita a los recortes, tanta alusión facilona que derrite la protesta. Pocos activistas había en la sala, que no lo sean, por favor, ese ratito que suben ahí: no nos lo creemos, vaya.

Eso sí, que cada uno diga lo que quiera, como apuntaba Fernando Trueba antes de aguantar, con absoluta serenidad (ya le ha pasado más veces), cómo las nominaciones a “El artista y la modelo” se quedaban en eso, que no es poco.


Gracias a tanta proclama y gracias al pobre guión, la gala no ha tenido ritmo desde la primera frase de Eva Hache. Ni los “chanantes” se libraron del atontamiento general. Me imagino que el director/realizador tendrá algo que ver en todo este mal fregao.

Tampoco entiendo esos planos generales donde la gente se levanta para ir a mear, sube escaleras, se come medio encuadre, como si aquello fuera un vídeo de “Mi gran boda gitana”.

Pero el momento que me ha dejado estupefacto ha sido cuando Eva Hache se ha puesto a hacer un monólogo sobre el original tema de ¡los móviles!
No sé si estaba tirando de material de su época de bolos mal pagaos al ver que con el guión aprendido “pinchaba” o fueron los guionistas los que tiraron de su material antiguo y lo maquillaron un poco para actualizarlo. Que va a ser esto. Penoso.

Como penoso fue ver cómo se dirigía a cada uno de los nominados a mejor película con un texto que apenas dibujaba una sonrisa de cortesía en los receptores. Ya ni siquiera se molestaron de que hubiera un remate malo. Era simplemente Eva Hache luchando por hacer graciosas unas líneas que podría haber escrito el mismísimo González-Macho.



Como me había puesto con la mala baba casi se me olvida comentar la rabia con que Bayona recogía su Goya (sentimentalismos aparte) tras tanta cera como se da en este puto país a la peña que hace taquilla.

También se me olvidaba comentar cómo he gozado con el speech de Concha Velasco, todo preparadito y lleno de vitalidad y verdad; cómo he entendido el bloqueo de Fernando Guillén Cuervo, que sólo tenía que decir “Y los finalistas...” y poco más, cuando segundos antes su hermana mencionaba a su padre fallecido; y cómo me mola ver a Macarena García, a Joaquín Núñez y a Julián Villagrán con el cabezón al lado.

También me alegro que “Tadeo” haya tenido su reconocimiento, porque estas producciones se las traen. La animación es un terreno difícil y lleno de generosidad por parte de los que curran ahí.
Y eso, animación, fue lo que no tuvo esta gala, a la que sólo le faltó que hubiera salido el ministro medio borracho y contando chistes sobre Ana Mato.



La respiración contenida

De un día para otro vino la hostia y cortó la respiración. Un virus malo, malísimo, llega, se expande, mata, colapsa. De un día para ot...