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Leyendo
tantas cosas por las redes sociales me he animado a dar una humilde y breve
opinión sobre el tema del “No es No” y eso del consentimiento. Y usaré el mismo
medio: la red social.
El
lema, sentencia, grito “NO ES NO”, para dejar claro el tipo de “contrato” que
se establece en una relación sexual, me parece uno de los mensajes más claros,
rotundos y definitivos de la historia. Y es vergonzoso que se cuestione, se
intente ridiculizar y se intente anular su significado.
Parece
que a los machos nos cuesta entender que una chica, mujer, ha podido
encandilarse con tu voz y estar en el NO, ser fan de tu vida laboral:
futbolista, estrella del rock, presentador de televisión y estar en el NO,
querer follar contigo y luego estar en el NO. Que cuando tú ya tienes claro que
es Sí y saltas toda la cadena de deseo y pasas directamente a forzar la
situación, puede aparecer un NO. Que cuando tú sólo piensas que ya te dijo que
sí, que entró en tu conversación juguetona de chat y eso es un Sí, que luego
entró en tu casa, y eso es un Sí y que finalmente entró en tu habitación y que
todo eso es un Sí, puede aparecer un NO. Y, por supuesto, nos cuesta entender que
un Sí no significa que puedes tratar a la otra persona como un objeto sexual
para tu mierda de placer unilateral sólo porque todo comenzó con ese Sí, o con
un “me gusta”. También sorprende lo fácil que deducimos un SÍ y nuestra ceguera
para no ver un NO.
Es
increíble que no entendamos que el NO puede aparecer en cualquier momento.
Que
una persona puede estar con otra y que en cualquier instante haya algo que le
haga querer parar, o marcharse, o no tocarse con el otro, o no comunicarse con
el otro. Y eso hay que respetarlo. SIEMPRE. En cualquier circunstancia afectiva,
temporal, psicotrópica. Un NO es un NO. Y cualquier otra cosa que no sea aceptar
el NO y dejar a la otra persona libre para actuar y decidir, es violación, es
agresión, es violencia. NO ES NO. Tres palabras, de dos letras cada una, es
muy fácil de aprender, o NO. Esto pienso yo.