martes, mayo 29, 2007

La cara del perrito

Yo no soy nada de perros. Me dan miedo. Es ladrar y yo pegar un salto. Se agradece dado la inactividad de mis grasas. Bueno, siempre puedo acogerme al "me ha cambiado el metabolismo" para justificar mi sobrepeso.

La otra noche, sin embargo, un perrito chico nos miraba haciéndose querer. Estaba perdido o abandonado. Tenía collar. No sabíamos qué hacer.

Al final le sacamos algo de comida (¿embutido vale?) y agua. Hacía una noche de perros, estaba claro. No lo metimos en casa por prudencia, ignorancia y vete tú a saber qué.

Al día siguiente me levanté decidido a investigar en la página de "El Refugio" que tengo enlazada por ahí a la izquierda de estas líneas. Parece ser que lo primero que hay que hacer es llevarlo al veterinario, para que lo reconozca y por si lo puede identificar mediante un chip que parece que llevan los animalitos (cualquier día le ponen bluetooth).

Total, que al día siguiente ya no vi al perrito. Espero que apareciese su cuidador y que le diera muchos mimos. Los mimos que no le pude dar yo, por soso y cobarde.

Ahora se me ha despertado el instinto paternal y lo busco por las esquinas con la esperanza de encontrármelo correteando por ahí, con su "papi" de verdad.
Al menos ya sé lo que tengo que hacer otra vez cuando me encuentre a un animal desvalido.

Ese mismo sentimiento tengo siempre que veo la cara de Gallardón. La de un animalito desvalido. No le conozco personalmente ni me hago eco de rumores, simplemente le miro la cara y me dan ganas de abrazarle. Lo digo en serio. Si un día me lo encuentro perdido o abandonado, ya sé lo que tengo que hacer.

Que no se me entienda mal. Yo, en estas elecciones, he votado al Rey.

martes, mayo 22, 2007

La radio de Morfeo

Quienes hayan llegado a esta pobre página poniendo en google:
"Si fueras una luz en el cielo,
dejarías en el paro al sol..."
que sepan que no voy a hablar bien del grupo "El sueño de Morfeo", pobres...

Así comienza el castigador tema que las emisoras prepago, prepago de las discográficas, ponen a todas horas junto con los de Shakira, Alejandro Sanz y ese grupo de moda llamado "La Quinta Estación", que en breve empezaré, aunque me pese, a detestar.

"Si fueras una luz en el cielo, dejarías en el paro al sol". Ahí queda eso. Y encima, la parte "dejarías en el paro al sol", hay que alargarla para que la métrica musical acompañe.

Alguien podría decir: "Si no te gusta no lo escuches, cambia de emisora, ponte música en el ordenador".
Gracias, queridos, por los despectivos consejos. Os cuento:
En mi actual ubicación no está bonito usar auriculares y la música suena, envolvente como el sudor escolar, procedente de una radio de las de toda la vida colocada en contraste infinito que ya quisiera Almodóvar para sus pelis, encima de una máquina de 2 Gb de RAM.

Podría decir que la apagaran pero ahora soy un nuevo, y no me lo puedo permitir. A lo sumo utilizo el váter como uno más y me saco el café de la máquina con la misma ritualidad que el director financiero, pero poco más.

Por tanto, sufro. Sufro cada vez que la afortunada cantante de "El sueño de Morfeo" dice la mencionada frasecita. Si vas a hacer una canción pop; bonita; feliz; eufórica; no puedes decir "dejarías en el paro al sol". Eso me recuerda a mis tiempos de colegio, otra vez el sudor, cuando nos mandaron llevar una poesía escrita (hubiera sido más bonito llevarla improvisada, pero en aquellos tiempos todo se hacía copiando mil veces o una, estratégica, el día del examen).

Una compañera, una niña, una chica, leyó, ante el requerimiento de "la seño", su poesía:
"El amor es puro y sincero
y llevo la vaca al matadero".

"La seño", ante petarda rima dijo "muy bien" y a continuación dio paso al siguiente compañero, niño, chico. Esa niña bien pudiera tener ahora un grupo que se llamara "La oreja de vaca me pone burro" o "El sueño del Mataero". Pero seguro que estudió algo de ordenadores y ahora anda metida a madre a distancia desde su portátil HP.

Casi mejor.

Mañana rezaré lo que sepa en inglés para que echen una de Queen, aunque sea versionada por Las Seventies.

sábado, mayo 12, 2007

Barricada en Madrid

Es jueves. Como animal caliente que soy me pongo la manga corta en cuanto salen dos rayos de sol. Mi garganta lo nota, toso y trago mal, pero sigo quitándome ropa. Debe ser mi vena exhibicionista.

Sobre las 20:30 bajamos desde la estación de Príncipe Pío en dirección al concierto intentando apartar la vista del desolador panorama llamado Manzanares. El inmenso despliegue de maquinaria, hormigón y tablones bien podría hacernos pensar que en el río se librara una batalla o que nos encontramos en un barrio conflictivo.

Nos apretamos una cerves traídas desde nuestro frigo para refrescarnos antes de entrar. Pero no hay tregua: Sólo quedan diez minutos para que empiece la función, así que las bebemos mientras andamos deprisa, aún a riesgo de verter algunas gotas sobre nuestras camisetas rockeras. Ir a un concierto sin camiseta es como ir a un mitín sin banderita: Estás pero no estás.


Hacemos una pequeña cola y ya estamos dentro, preparados para esta noche de rock&roll. Nos acoplamos bastante cerca del escenario y enseguida suena el "Sean Bienvenidos" versión circense para a continuación salir a descargar toda su energía "El Drogas", "Boni", "Alfredo" e "Ibi", que creo que se llama el último batería.
La primera canción suena de pena, no sé qué pasa con los técnicos de sonido, pero pasa con mucha frecuencia.

Barricada es un grupo muy cariñoso y eso se transmite. Delante de nosotros hay unos veteranos muy bonitos: uno largo y calvito; otro bajito, rechonchillo. Se lo pasan en grande rasgando guitarras imaginarias. En algunos momentos se miran a los ojos mientras corean alguna estrofa especial: "Dónde están esos ojos, los días de lluvia". Sólo les falta darse un beso y abrazarse. Y mientras... todos mirando.

El Drogas es todo un personaje. Con su pañuelo en la cabeza, nostálgica de la cabellera que lució, bien podría participar en una nueva entrega de Piratas del Caribe. Gesticula, se contorsiona y disfruta cantando con el público más de un tema: "Atrapado en la noche...".

Todos muy entregados y con un público que correspondía a tal actitud se marcaron dos horas y media de rock de antes y de ahora. 25 años dan para mucho.

No sé en qué canción un enano rubio y decrépito empezó a saltar detrás de nosotros apoyándose en nuestros hombros. Nos revolvimos, pero el canijo seguía. Yo aposté, como siempre, por soltarle un codazo en los morros, que no falla para que el notas se repliegue. Pero tampoco falla para que se líe una buena y acabes en la calle con hielo en el pómulo. Pensé en decirle "No sé qué hacer contigo, mendruguín", pero al final nos desplazamos ligeramente a la izquierda para que saltara apoyándose en los hombros de su putísima y santa madre.

Había cerca también un colega que mediría sus dos metros largos, largos. El pobre se movía peor que Rosa en Eurovisión. Pero se animó tanto que acabó tocando baranda mientras los de atrás maldecían algo en retirada. Era como el milagro antigrasa: Era ponerse en un sitio y la peña de detrás se piraba.

Después de estos altibajos y tras sucumbir, por la sed y el sudor, a pillar un mini de cerveza en la sangrante barra de La Riviera, seguimos disfrutando con los temas en acústico (flipo con "Mañana será igual") y las intervenciones estelares de Jaime Asúa al ritmo de "Frío" y de Rosendo con "Agradecido" (rugía la sala) y "Lentejuelas" (canciones que se han versionado mutuamente en sendos homenajes)

Y como fin de fiesta: "Blanco y Negro". A botar un poco, no mucho, que enseguida me noto sofokao. "Casi nunca sé...dónde estoy...no me importan los días...ni la dirección..."

Y así, recuperando ritmo respiratorio y volviendo hacia casa voy tarareando que "Mañana será igual" aunque está claro que no. Que hay cosas que merece la pena vivir.

"Oh, oh, deja que...esto no acabe nunca..."

martes, mayo 08, 2007

Me des mayo

Aquí, en Madrid, el mes de mayo lo inauguramos siempre, aparte de con la mani manida, manipulada y mancillada de los sindicatos, con un homenaje a los héroes del día 2, que salieron a la calle a defendernos a todos de los franceses.
Y ahí parece que todo el mundo está de acuerdo. Sobre todo porque el enemigo lo dibujan de forma clara y porque ha pasado suficiente tiempo para escribir la historia con todos los tintes épicos que requiera el caso.

El homenaje no sólo lo hicieron las autoridades sino que también hubo una "espontánea concentración" en la plaza del 2 de mayo: El botellón.

Es una putada esto de que todo el mundo se ponga de acuerdo para abarrotar una plaza y llenarla de meadas, cristales y bocatas con olor a fritanga china.

Se equivocan los que hacen esto, los que no piensan en los vecinos que viven allí y piensan: "Que se jodan o se vayan a Getafe a vivir". Seguro que ninguno soportaría que en el felpudo de su casa apareciera un charco de dudosa procedencia.

Pero también es verdad que esto de tomar la calle es una maravilla. Es un ambientazo cojonudo. Un plante a las normas que dictan personas que pillan cacho adjudicando servicios a empresillas compadreadas. Un plante a los bares que suben el precio al ritmo del gasoil y te llenan el cerebro de garrafón mientras el portero te trata como una mierda si te has pasado un poco al quejarte de un empujón.

Así, en este escenario, el día 1 y 2 se lió. La poli decidió intervenir. Seguramente no pilló porra ni uno de los que quemaba contenedores, que son hábiles y saben que van a la guerra, igual que seguro que no pilló ningún poli que también lo sabía. Al final pillaron los de siempre, los que no hicieron nada y al ver correr corrieron, tropezaron o se toparon con un porrazo. O bien levantaron los brazos en actitud pacífica y así facilitar el trabajo a los iracundos protectores de la ciudadanía.

A mí esto de salir a la calle a dar porrazos o quemar cosas la verdad es que nunca me ha parecido bien. Ni me parece bien que los dieran los héroes de mayo del 1808, ni los de 2007.

En Francia gana Sarkozy y sale peña a quemar coches. No está bonito. Que por cierto, ya podía haber yo aparcado por allí: Hoy he ido a la revisión de los 90.000 y como siempre. No aprendo: Clavada e incertidumbre ¿me habrán cambiado lo que necesitaba el coche?

Sarkozy y Ségolène Royal otra cosa no tendrán, pero nombres chulos para ser personajes públicos, seguro.

Aquí la cosa va mal en ese sentido. Si Rajoy se dijera "Rayuá" y Zapatero se llamara "Zapet", ya sería otra cosa. Pero no, tuvimos que liarla y echar a los franceses, que nos querían enseñar a leer y a tirar camiones.

En fin, que venga alguien con un abanico que mes de mayo.

jueves, mayo 03, 2007

Reivindicando lo chungo

Cuando yo era pequeño por el patio de luces llegaban con frecuencia tres sonidos inconfundibles:
La pesa de una olla a presión dando vueltas; los gritos de alguna madre desesperada porque su hijo no comía o llegaba tarde al colegio y la música de "Los Chunguitos", "Los Chichos", "Tijeritas" o "Los Calis".



En el ambiente de emigrantes andaluces venidos al extrarradio no había sitio para intelectualidades burguesas de otras zonas de Madrid, ni de lecturas más allá de las que mandaban en el colegio, ni películas más allá de las que echaran en la tele.

Por eso, cuando los Chichos cantaban eso de "Pero sea como sea seguiré luchando por los míos seguiré robando si es preciso y con estas manos noche y día sacaré adelante a mi familia", a la gente se le ponían los pelos como escarpias porque lo entendían y lo veían en la calle todos los días.

Han pasado muchos años y han salido muchos grupos musicales que tocan de aquí y beben de allá. Y muchos reconocen, después de encaramarse a la cima de la popularidad, y una vez asegurado su club vehemente de fans (valga la redundancia), ser seguidores de estos antecesores "chungos", "raros" o "inconfesables".

Así ví a Leo, de Stravaganzza, que están ahora pegando con su versión del "Hijo de la Luna" de Mecano, "entregaíto" en el concierto que "Los Chichos" dieron en el pasado Extremúsika.

En otro sentido, y en el mismo, le pasó a Alaska. Que iba de diva intestinal, es decir, "caca-pis" con rollito underground y al cabo de los años se declara ferviente admiradora de Raphael, que en los años ochenta iba de divo de La Reina cuando llenaba el teatro Monumental.
Ramoncín, el vapuleado artista otrora "Rey del pollo frito", amante del glam y el punk, tras el rollito chungo se puso de lo más intelectual paseándose por todas la cadenas de televisión como un lector de lo más fino. Asunto este que ocultó mientras emitía sonidos extraños micrófono en mano en sus conciertos de rombo en el ojo. Si la gente que le jaleaba hubiera sabido que leía a Dostoievski o que luego iba a ir de paladín de la SGAE seguro que no se hubiera dejado escupir.

Y es que cómo nos gusta ir de "chungos".

Hasta los más pijos del lugar intentan a veces presumir de borrachera o noche loca, tener huevos para romper esto, encararse a áquel o tirarse a la ministra en el váter. Son los "jipi-pijos", yo siempre los he llamado así aunque parece que el término ha sido acuñado por varias fuentes a la vez.

Ellos, desde su privilegiada posición, deciden ser "jipis". Y, mientras papá les cuida el puesto fijo en la empresa u organismo público, ellos se dedican a estudiar teatro, cine o armonía con el mismo riesgo que corre la infanta Sofía de quedarse sin crédito en el ABC Serrano.

Ellos son chungos pero no saben lo que es levantarse por la mañana pensando si les quitarán la casa o si su hijo se ha ido con una gente al descampado de atrás.

Y los jipi-pijos se mezclan con los perro-flauta y ya no hay quién sepa quién es quién. Los perro-flauta(me enseñó el término Charly), estos chicos de las rastas; las mallas a rayas; la flauta y el perro que piden para birras, también acaban sucumbiendo a Los Chunguitos y su "dame veneno que quiero morir", aunque en su cassette se harten de destrozar el altavoz con canciones punkarras.

Y mucha gente saca chistes sobre los "Camela", que a base de vender y sonar se metieron dentro del circuito musical, aunque les pese a los padrinos de grupos tan manidos y financiados como "La Oreja de Van Gogh" o el deplorable "El sueño de Morfeo". Puta la gracia que me hace escuchar la cancioncita esta nueva a todas horas.

Al final acabarán haciendo una versión del "Tú te has burlado de mí" y darán el pelotazo final. Pero eso sí, antes vivirán un rato de su imagen pop-gum-yuju. Aunque eso no les impedirá ponerse algún tatuaje, para parecer más chungos.

Yo nunca fui devoto de San Jeros del Mismo Medio, pero si me dan a elegir salgo con un:
" Libre libre quiero ser
quiero ser quiero ser libre".

La respiración contenida

De un día para otro vino la hostia y cortó la respiración. Un virus malo, malísimo, llega, se expande, mata, colapsa. De un día para ot...