domingo, abril 12, 2009

El teléfono de 3 cifras

Truman, o sea yo, está cobrando cuerpo y, como las vainas de "La invasión de los ultracuerpos", se ha ido apoderando de la realidad real que es la vida alejado de los teclados, los ratones inalámbricos y los tuentis y esas cosas.



Pero bueno, alguna vez logran que vuelva al medio, aquí, a esta página de escritura visceral, sin gadgets, sin widgets y sin extrañas y atractivas plantillas.

Esta vez lo ha logrado el "Teléfono de 3 cifras".

El teléfono no paraba de sonar, diez veces mínimo al día, con este número parpadeando en la pantalla del móvil. Ese número no se coge, no se descuelga para encontrar al otro lado una promoción de voz digitalizada con una superoferta que dura una semana y por la que tienes que darte de alta bajo pena de 5 euros más IVA y cosas así. Ofertas que te dicen que pagas un minuto y hablas 100, que ya ves tú después de 100 minutos hablando las ganas de vivir que te pueden quedar.

Lo que más jode es que, mientras suena, tu teléfono no está operativo y encima se te gasta la batería. Total, que jode.

Pues nada, el numerito de 3 cifras sigue sonando; así ocurre durante unos cuantos días; hasta que las bolas de dragón Z entran en incandescencia total y llamas al número de atención al cliente. ¿Sabéis cuál es ese número? Sí, el mismo de 3 cifras.

Marcas y al otro lado ya no hay una máquina. Bueno al principio sí, una máquina que te informa de una promoción y te dice, además, que la conversación será grabada. Yo creo que esto lo hacen porque para fin de año editan un CD con los mejores momentos de la "Atención al Cliente" (los Attention Gold's) y se lo echan a los empleados en la cesta de Navidad, junto con las aceitunas rellenas y los espárragos.

Tras la máquina aparece una señorita que seguramente trabaja en condiciones medianamente malas y que seguramente vive en un país donde su sueldo no alcanza ni para comprar palomitas en el cine (bueno, al paso que va la burra, no nos alcanza para esto ni el de aquí).

La señorita te trata con amabilidad y se hace eco de tu petición.
-Por favor, me gustaría que no me volviera a llamar el nºnºnº.
-Seguramente es una promoción que le puede a usted interesar.
-Sí, ya, pero es que no quiero que me vuelva a llamar. Porque sin exagerar (exageras) me llama más de veinte veces al día.
-De acuerdo, Sr. Truman, anoto aquí su petición. ¿Necesita alguna cosa más?
-No, gracias.
-De acuerdo. Solamente comentarle que hay en estos momentos una promoción de llamadas. Por cada minuto puede hablar 100...

Aquí estás a punto de colgar a la amable señorita. La única pega es que no sabes dónde se encuentra la oficina ni si tendrás cuerda suficiente y coartada.
(Festival del Humor Negro)

En lugar de mandarla a tomar por la zona basal de un vaso, contestas:
-¿Y estas ofertas se pueden estudiar también a través de internet?
-Sí, a través de la Zona de Clientes.
-Vale, pues ya las miro por ahí, gracias.
-Muchas gracias por su llamada, Sr. Truman y buenas tardes.

Por fin te libras del numerito de los cojones.

¿O no?

El teléfono vuelve a sonar. Podría ser el Sr. Cliente Torrezno, o el chisposo Proveedor de Actuaciones, pero no. Es él, de nuevo.

Recuerdas en esos momentos la peli "El diablo sobre ruedas", donde un camión fantasma no paraba de perseguir a Dennis Weaver (nuestro detective McCloud, para los más viejunos)





Piensas que debe ser que aún no han hecho efectiva tu "nota" pero, como estás harto, esta vez lo coges.

-Esto es una encuesta sobre el servicio que le acaban de prestar - dice una máquina.
-Valore de 1 a 5 las siguientes cuestiones.
Algo así, dice, uno no se acuerda de estas cosas.

Y allí te ves contestando al puto "number"; a cada una de sus preguntas.
La encuesta dura poco, menos mal. Al final la máquina te da las gracias (mucho más agradecida que cualquier electrodoméstico de los que se tienen en casa, las cosas como son) y finalmente cuelgas.

Bueno, piensas, ya está. He sido un cliente bueno y les he hecho la puta encuesta de calidad. Ahora que cumplan ellos su parte.

Un minuto más tarde entra un mensaje en el móvil. Es de...

¡El teléfono de 3 cifras!

El mensaje dice algo así como: "Gracias por utilizar nuestro servicio. Estamos aquí para ayudarle".

Me eché a reír mientras mascullaba: ¡Hijos de puta!



4 comentarios:

Poles Tanley dijo...

Te comprendo, Truman: a mí me pasa a veces cuando tengo que firmarle autógrafos a algún fan pesado.

Unknown dijo...

Tú no lo cogiste, pero yo sí, y les dije de mil maneras distintas que no me interesaba, y como seguía hablando el nota como un cotorro, le colgué dejándole con la palabra en la boca. Y eso fue precisamente lo que provocó que me volviese a llamar una y otra vez, en plan venganza. Los odio. Pero es que parece ser que legalmente eso está ya prohibido, que se trata de spam telefónico y es denunciable. Luego les cuentas y "ellos no saben nada". Pero a algunos se lo dices y se acojonan, y no vuelven a llamar. Pruébalo.

Truman dijo...

Ey! Poles Tanley. Tienes razón, lo de los autógrafos tiene que ser un coñazo...
Ey! Poles Tanley. Tienesrazón, lo de autógrafos tiene que ser un coñazo...
Ey! PoTanley. nesrazón, tógrafos... coñazo...
Ey!Tanley azón, fos... ñazo...
Ey! Aahh! azo!!!!

;)

Truman dijo...

Hola Drea!!! Sí, a la próxima habrá que usar este método...aunque ya sabes que hecha ley hecha la trampa...
Yo a veces digo que se han equivocado...cuando llaman al fijo...
que no paran...

Glubs!!!

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