miércoles, abril 18, 2007

Las Vueltas

A veces la rutina nos agobia. Pero cuando la rutina se rompe por algún hecho negativo, ansiamos su vuelta.
Porque la vida da muchas vueltas pero el ser humano, como parte inalienable del cosmos, busca el equilibrio. Algunos se empeñan en que la oscilación pase demasiado tiempo en los extremos y breve y fugaz por el punto medio y otros nos empeñamos en que esto sea así.

A veces el equilibrio significa "fin del camino", "fin de las quejas", "fin de los problemas", y nuestra naturaleza rebelde se queda sin estímulo.
Entonces piensas qué fue primero, la gallina o la tocada de huevos. Yo siempre pensé que salen a la vez y todos tan contentos.
Luego miras a tu alrededor y ves que hay gente que nace con estrella y otros nos la tenemos que tatuar en el hombro con una cáscara de pipa. Pero no importa. He dejado mi ramalazo de plañidera debajo de la tarrina de "deuvedés".

Ahora, en busca de una nueva vida que es realmente mi vida, me planteo, como el desdentado de la tele, un cambio radical. Sólo espero que sea para bien y que los postizos me queden un poco mejor.

Aún así, siempre hay que nadar y guardar la ropa, aunque para ello tengamos que dejarnos subcontratar de nuevo. Porque tampoco de hacer pulseras se vive, ¿o sí?

Tampoco sé si se vive de hacer bocatas de panceta en el Extremúsika o si me gustaría currar 20 horas seguidas, como mi amigo Charly, para que el concierto salga adelante.
No sé si me gustaría ser "el del medio de los Chichos", lo que sé es que no me gustaría ser ninguno de los dos veteranos que quedan.

Tampoco sé si dibujar cómics puede darme de comer ni si soportaría la presión de los plazos de entrega. Aunque a Forges se le ve siempre muy risueño. Como diría aquel: "La profesión irá por dentro", o "ha sido una auténtica panacea llegar hasta aquí".
En fin...si Homero levantara la cabeza...

Quizá escribir historias, buenas historias. Y que alguien las compre para poder reinvertir ese dinero en la compra de algún premio que me de el prestigio suficiente para conducir un programa en La2 o concursar en "Mira quién baila" (volviendo a la subtitulación de programas podría llamarse "Mira cómo baila").

A lo mejor me compro una guitarra eléctrica y me pongo a hacer versiones de Ana Torroja, aunque los labios no me los inflo ni por hacer un dúo con Miguelito Bosé, que también anda el hombre de retoques varios.


En cualquier caso, de las vueltas hay que aprovechar, como mínimo, la inercia. Y en ello estamos.

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