Me refiero a la poca dignidad que les permitimos conservar a los viejos.
Los viejos, para entendernos, aquellas personas mayores que empiezan a tener algún desequilibrio funcional que les hace vulnerables, achacosos, torpes, flojos, medicados, dependientes,...
Algunas personas que cuidan a su gente, o que lo hacen de forma remunerada, no saben cuidarlos fundamentalmente por una cosa: NO LOS RESPETAN.
Un viejo puede tener la orina floja, pero eso no le convierte en un gato al que poner un bol de arena para que mee allí.
Puede tener lapsus mentales, llamar Juanito al que se llama Andrés o salir en pijama a la calle, pero eso no le convierte en un pez buscando más agua tras el cristal.
Puede tener problemas de movilidad, ir en silla de ruedas o con bastón, pero esto no le convierte en una mesa camilla o en la mesita del teléfono.
El viejo se puede incluso estar muriendo, semiconsciente, semiinconsciente, con todas sus estadísticas vitales revolucionadas y cambiantes a cada hora. Pero esto no le convierte en un saco lleno de fluidos.
Un viejo puede un día no tener ganas de comer o puede que no le guste la comida. No hay que metérsela por un embudo, ni atarle, ni gritarle.
Un viejo puede tener el sueño cambiado y querer ver la tele a las dos de la mañana. No hay que meterle en la cama a la fuerza, ni atarle, ni gritarle.
No hay que atarle, no hay que gritarle. Hay que respetarle.
Los viejos tienen apetencias, opinión, derecho a ser informados, derecho a dudar, derecho a almorzar mal, derecho a protestar.
Así, cuando se muera, cuando haya pasado su vida con la dignidad ilesa por nuestra mano, podremos conseguir un día ser viejos dignos.
Si no, seremos unos mierdas.

8 comentarios:
Comparto tu reflexión sobre el trato a la tercera edad, Truman. Aparte de una muerte digna, hay que asegurar una vida digna.
Gracias por el comentario, sambari.
Sí, tienes razón, hay que asegurar una vida digna hasta el final.
Salud!
Todavía ando especialmente sensible con la muerte de mi abuela y tus palabras de hoy me han llegado adentro.
Tienes muchísima razón, es una puta vergüenza cómo tratan a los mayores muchas veces.
Gracias Morgana por tu comentario.
Ya sabes, y serás canción...
Abrazos!
Yo estudié para darles una atención digna a los abueletes. La cosa es que consiga que me permitan ponerlo en práctica. Luego llegas a las residencias y no te dejan hacer nada de lo que quieres. Los tratan muchas veces fatal. Qué pena.
A mí me parece alucinanta la falta de respeto que se les tiene a los mayores.
Nunca se me olvidará hace unos 7 años, que estava con mi abuela en el mercado de mi pueblo y llegó un niño de unos 6 años y le dio una patada a mi abuela (con graves problemas de circulación), le eché la bronca al crío y cogió la madre y se puso como una fiera porque había reñido a su hijo, en todo esto, nadie pidió disculpas a mi abuela.
De verdad es una pena la falta de respoto que existe.
Gracias por el comentario, Drea.
Hace falta mucha gente preparada y sobre todo, con trazas.
Salud!
Gracias por el comment, Gargon. Anécdota triste, sí.
Los energúmenos no distingue edad...
Salud!
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