Hoy tocaba afeitado. Tenía dos camisas planchadas. Una pegaba más con corbata así que no me lo he pensado dos veces: He venido a currar con corbata. ¿Por qué? Porque hoy había que lucir "buena imagen". Quizá tendría que hablar con el "gerente", como así ha sido. Yo llamo "gerente" a casi todos los que me sacan 15 años, llevan traje, corbata y lucen una estupenda barriga acolchada.
La corbata es quizá el elemento más odioso de todo el vestuario.
Alguien me dijo que es como el mono de trabajo para los mecánicos. Pero no, creo que no.
La corbata le da a uno un aire de superioridad sobre el que no la lleva. Le da, como el redbull, alas.
El problema es cuando debajo de esa corbata no hay nada. Bueno, sí, un montón de músculos esperando desplegar toda la incompetencia del mundo.
Yo, a veces, llevo corbata, aunque la mal combine con vaqueros. Mi corbata no tiene la misma clase que la de los que van hechos unos ejecutivos de alto standing. Yo soy un triste empleado con corbata.
Otros se compran su traje de cien euros e intentan disimular su origen humilde como si fuera un lastre del que quisieran escapar.
Lo hacen mientras se apretan un bocata de jamón en su mesa de trabajo, llenándolo todo de migas, leyendo una web sobre el reggaeton y hablando con la boca llena( a veces nos equivocamos y decimos "con la boca abierta", y claro, salvo sublimes excepciones como Don José Luis Moreno, se suele hablar así, con la boca abierta).
Por defecto, cuando ves a alguien trajeado piensas: "Es un jefe" o "Gana más que yo". Y lo que es peor aún: "Sabe más que yo".
Por ende, muchos que llevan corbata te miran a tí, que no la llevas, como diciendo: "¡Qué haces que no besas mi mano!".
La corbata en sí no es nada pero tiene un efecto demoledor. Voy a hacer un ejercicio de reflexión e imaginar a todos los que van con corbata en mi oficina con camiseta de algodón de tirantes, bermudas y chanclas con calcetines.
Joder, ¡qué pena dan! La misma que yo, ojo, aunque yo, en lugar de bermudas prefiero unas mallitas tipo David Lee Roth. Es lo que tiene.
La cantidad de dinero que se pierde en alimentar la cartera de estos corbateros, que si se pusieran al foco de la luna tendrían una pinta lamentable.
Porque no valen nada, pero siguen tirando de corbata.
Truman: Ex-Trabajador de oficina. Incansable observador. No deja títere con cabeza. Su lema: "Cuando no tengo otra cosa que hacer, trabajo".
viernes, noviembre 03, 2006
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2 comentarios:
Yo me compro trajes de unos 150€ y a veces como un bocata con la boca llena o abierta, llevo corbata a veces, no soy jefe, no miro a la gente que no la lleva, me gusta la caña de los Van Halen y ...
En fin, solo es un comentario.
gracias por tu comentario, anónimo. No es solo un comentario. Es tu comentario.
Nos vemos.
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