jueves, febrero 15, 2007

Las barreras

Para llegar a la oficina, además del tradicional atasco madrileño,(que es como el cocido: como aquí en ningún sitio),tengo que entrar en una urbanización privada donde una barrera levantada pero amenazante nos avisa de que allí no somos bien recibidos, no somos de allí.

La barrera nos recuerda eso y que en cualquier momento nos mandan de allí a tomar por el culo.

Una vez dentro debemos aparcar, como buenos subcontratados que somos, en cualquier trozo de calle; medio subidos a una imaginaria acera, más similar al trocito de río seco que adorna el Belén que a otra cosa. Da igual donde aparques porque está prohibido en toda la urbanización, con lo que lo dejes donde lo dejes, si alguien llama y lo denuncia a la policía, vienen y te cascan una multa.

Además, el hecho de no poder gozar del parking de las oficinas del cliente hace que todos los subcontratados, muchos, aparquemos en las susodichas aceritas o directamente comiéndonos un sentido de la circulación, con lo que ya es difícil incluso aparcar de esta manera. Lo que nos provoca un retraso mínimo de 15 minutos respecto a los que han podido entrar con su puto carro dentro de la "zona elegida". Por supuesto para entrar hay que pasar por otra barrera, ésta no levantada sino que la tienen que levantar si das el perfil.

Luego, una vez dentro, además de todas las cositas que cuento sobre internet y demás y para no abundar mucho en el tema, nos ponen barreras a modo de zancadillas, puñaladas traperas y menosprecios varios. En fin, MIERDA POR UN TUBO.

Estoy un poco soez pero es que tengo un compi nuevo que tiene la boca más sucia que el culo de un manco (¡vaya, ya estoy otra vez!) y se me está pegando.
Le he ganado una apuesta:
Decía que estaba una semana sin decir un sólo taco, "joder" incluído.
A las dos horas ya había ganado la apuesta.
Este miércoles como a su salud en un restaurante de la zona.

El caso es que pensando en todas estas trabas me he dado cuenta de que estamos constantemente poniendo barreras, unos entre otros.

Por aquí no se puede pasar, sólo los socios.
A España no se entra más que por patera, por favor. O en autobús si eres rumano.
Dentro de la misma España, cada autonomía te va poniendo más barreras:
Aquí para sacarte la plaza tienes que tener nivel C de catalán.
Aquí si eres vasco de los míos te subvenciono y si no muérete.
En Telemadrid me sacas inaugurando algo aunque luego tarde 6 meses más en que no se inunde y esos remates finales y si no ya sabes.

Vas al "super" o al "hiper" o a cualquier "prefijo superlativo" de estos y la salida sin compra, si tienes la ansiedad un poquito subidita, no la encuentras si con GPS. Al final casi te sale más rentable pillarte unas pilas alcalinas y unos chicles y pasar por caja.

Vas al campo a pasar el día y la peña rodea una parcela con una cuerda atada a los árboles como diciendo: "Esto es mío". Luego se le olvida el pan y le da cosa pedirte, claro.

Lo queremos llenar todo de tabiques, paneles, verjas. Ponemos alambradas a los jardines, a los parques, a las fronteras naturales, cotos para que los ciervos cacen.

Y parece que la única forma de que te dejen pasar es a base de dólares o a base de fuerza masiva.

Y al final a alguno le va a dar por poner una valla a todo el planeta, por si los que nos invaden ya saben que Dios no existe y van directamente al grano, es decir, a ser malos por puro vicio, como en Mars Attack.

Mientras, me conformaré, que no es poco, con disfrutar de la falta de barreras que hay, por ahora, para escribir por estas urls, aunque no me extrañaría que el Sr.Guguel viniera a verme un día a pedirme cuentas, bancarias, claro.

No hay comentarios:

La respiración contenida

De un día para otro vino la hostia y cortó la respiración. Un virus malo, malísimo, llega, se expande, mata, colapsa. De un día para ot...