domingo, enero 21, 2007

La carta

Tras un análisis complicado y sufrido hemos llegado a la conclusión de que lo mejor es presentar la carta. La carta de “adiós muy buenas”.

Tras un largo peregrinaje por los caminos de la sinrazón; de intentar convencer a los necios de su equivocada conducta; de intentar defenderse de la calumnia y la asfixiante y delictiva conducta de los gerentes “paquetes” con portátil de salón; hemos pensado que lo mejor es la carta.

Concisa y directa. Sin preámbulo, sin cordialidad, sin disimulo. Lo justo para transmitir el mensaje. Para que el trámite burocrático inicie su proceso.

Muchas, muchas veces a uno le dan ganas de escribir esta carta. A veces las hipotecas pesan demasiado sobre los hombros del acosado. Otras veces es la propia conducta adquirida, aprehendida o modificada la que nos hace pertenecer para siempre a la clase THCC :
Trabajador Humillado Con Consentimiento.

El THCC es el perfil perfecto para cualquier empresa “chupasangres”. Ellos provocan que cualquier reivindicación por parte de los No THCC se torne ofensa a los ojos de los cocheros de la empresa.

Nosotros ahora andamos por la oficina con un acceso a Internet discriminatorio, que define de forma clara y rotunda quién es quién y qué catadura moral se nos supone dentro del río revuelto que es nuestro entorno laboral.

Los internos(la gente de plantilla); los que tienen un convenio bueno; los que aparcan en el parking, los que tienen mejor horario; los que tienen más vacaciones; tienen, por supuesto (y no por su puesto) acceso a Internet. Ellos sólo usan Internet para asuntos de trabajo, no me cabe la menor duda. ¿Miramos su log de accesos?

Los externos(subcontratados) de primera división tienen acceso. Ellos sí necesitan Internet y saben darle un buen uso: Sólo para asuntos de trabajo. ¿Miramos su log de accesos?

Los externos de segunda que lloran un poquito, también acaban teniendo acceso. Y los demás externos, los PEDM, como somos escoria, como no tenemos el grado de madurez intelectual suficiente, como somos unos irresponsables y no sabemos usarlo, no.

Nos cuentan o nos contarán, de forma muy didáctica, lo necesario que es para nosotros que nos puteen y nos toquen las pelotas. Para que aprendamos. Y quizá algún día nos dejen jugar con la bola de su ratón.

Yo me niego a jugar con la bola de nadie. Quizá con las bolas de mi vecino si sigue poniendo la música machacona tan alta. Aunque antes quizá le diga que está mejor el libro que el disco, que aunque nunca funciona, le hace al menos pensar.

Así que, en estos días de cartas liberatorias, me estoy pensando seriamente si merece la pena seguir en un entorno donde la falta al respeto y de confianza se ha enquistado en los que tienen capacidad de decisión.

Por cierto, ¿estará esta página en su log de accesos? ¿Me lo dices o me lo cuentas, Truman?


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi me gusta Truman, decisión valor y al toro.
SI no te gusta tu empresa, pues que se queden ahi, ellos habran perdido a un buen chaval, que hace de rey mago como nadie


Un abrazo

Anónimo dijo...

Truman, totalmente de acuerdo. Eso sí, que vayan a pedirles luego implicación y profesionalidad a "los otros" (los que tienen internet,parking o mejor horario), que yo por mi parte guardo mi motivación para quien o quienes se la merezcan.
Saludos y enhorabuena por el blog.

Truman dijo...

Gracias por lo de "buen chaval", Cuarto jinete. Estoy contento pero esto ha sido una tocada importante. Al final se sabrán los verdaderos motivos y a alguno se le va a caer la cara de la vergüenza, no lo dudes.

Truman dijo...

Sí, anónimo, la motivación es lo que tiene, como tal.

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