Sin entrar en más detalles musicales y biográficos, porque no tengo ni puta idea ni tengo ganas de documentarme, entraré en otros detalles, más propios de mi recinto blogger.
Descubrí por casualidad dicha efemérides leyendo el periódico cuando aún retumbaban en mis oídos los rasgados compases de su guitarra en un mítico concierto (mítico para mí) celebrado el día anterior.
Metallica, un descubrimiento tardío en mi sonora vocación, borró con su "Whiskey in the jar" el mal sabor de boca que dejó el concierto de Barricada apenas una semana antes. Nota: aconsejo leer el enlace, es corto y no tiene desperdicio.
Lástima de condición humana, ¡puaj! (esto es un escupitajo al olimpo de los hijoputas).
Al Hetfield se le veía feliz, disfrutando con cada temazo y mirando mucho al público (se ve mucho desde el escenario, más de lo que parece). Amortiguado por el cansancio pero también feliz por dentro, disfruté yo también.
La experiencia metalera me ha dejado tan noqueado que mi cabeza no para de repetir y escuchar el "Searcheeeeeeeeeeeeennn....siiiiikkkkandeeeeesstroy" una y otra vez.
Y es que no hay nada como un buen pisotón hacia delante para dejar atrás los malos ratos.
Y así de sensiblero me he dispuesto a brindar con whiskey a la salud de Hetfield y compañía.
"So close no matter how far..."
3 comentarios:
Qué pena no haber podido ir, pero seguro que disfrutaste por todos los que no fuinos.
¡Qué buenos los Metallica! Nadie debería perdérselos en directo.
Gracias por el comment Gargon. Están en forma así que habrá más oportunidades.
Gracias Lanati por comentar por aquí.
Yo a veces no comento mucho en los blogs porque tengo prisa y tal pero otras veces digo: "Bueno, sí, sí que voy a comentar"...y nada, comento.
Salud!
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