Soy un poco cascarrabias, lo reconozco. Y me crispo con facilidad. Una cosa que me crispa hasta dejar ronchas en mi piel son los ruiditos improcedentes.
Mi compañero ha traído una bolsa de kikos a su puesto. "¡Crack!"... "¡crack!", "¡cra-crack!". Veinte minutos de "craquidos" que no podía dejar de sentir incluso con la música de Metallica a toda leche.
A veces necesito irme a dar una vuelta, rellenar la botella de agua, mandar algo a la impresora, salir de allí.
Otro ruidito que no soporto es el de mover el café con el palito de plástico con demasiada dedicación, rascando el fondo del vaso: "¡Rash!", "¡rash!", "¡ra-rash!". Un compañero que tenía lo hacía y me dan ganas de levantarme y soltar una hostia con la mano abierta en el vaso o en la cara o en ambos. Me crispo con facilidad.
Más ruiditos: "Oir masticar chicle con la boca abierta". No es que me moleste que alguien mastique chicle mientras tengo la boca abierta, sino mientras la tienen ellos. "¡chua!, ¡chua!, ¡chua-chua!".
Algunas personas incluso van acumulando chicles a lo largo del día y acaban teniendo como una segunda dentadura postiza mal sujeta que se mueve por su cavidad bucal como si tuviera vida propia, y ves asomar el tocho de chicle de vez en cuando por la comisura de los labios mientras te hablan y te miran como si no entendieras nada: "Lo entiendo todo", pienso. "Eres una guarra".
Luego, hay otros ruiditos que igualan la manía del ejecutor con la mía. Son los típicos golpecitos que da la peña una y otra vez con un boli en la mesa, o con los dedos, o peor aún: cuando se balancean en la silla y dan golpecitos con el pie en el suelo como si estuvieran cosiendo con una máquina de las antiguas. "¡cla-clack!, ¡cla-clack!, ¡cla-clack!".
¡No, basta, para, para!. ¿Quieres un chicle? ¿quieres kikos?...¿un café? Es como tener a Norman Bates sentado a tu lado. Dan ganas de salir corriendo.
Hay muchísimos más ruidos que me molestan, pero me quedo sin tiempo, tan sólo mencionar el ruido al sorber la comida: A mí de pequeño me dijeron que si quemaba, soplara. Hay gente a la que se lo dices y contesta:"A mí es que me gusta caliente".
"Caliente te vas a ir de aquí, hoy, si sigues sorbiendo así", pienso, pero callo y tarareo por lo bajo una canción; para aislarme. Seguro que a alguien le molestará este ruidito.
Porque al final, todos somos ruidositos.
Ahora, si mañana me ofrece kikos, le cojo la bolsa y me los como en plan "monstruo de las galletas" (triki) y no le dejo ni uno, ¡ni uno!
"¡Arrrrrgggggg!"
Truman: Ex-Trabajador de oficina. Incansable observador. No deja títere con cabeza. Su lema: "Cuando no tengo otra cosa que hacer, trabajo".
jueves, mayo 25, 2006
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5 comentarios:
Ruiditos, ruiditos, la verdad es que ya que me ha animado Truman, aunque esto de los blogs no es
lo mío voy a aprovechar para sacar los ruiditos que llevo dentro, causados por algo peor que los ruiditos,
los nervios de los demás, si esos que además generan ruiditos como los del boli sobre la mesa o los
golpecitos del zapato en el suelo, eso movimientos de alante a atrás, golpeando el suelo como si estuvieras
en las antiguas maquinas de coser como hace referencia Truman, que más de uno se gana el mote de "Singer"
por si solo.
La verdad es que yo me considero una persona bastante tranquila y nunca, que yo recuerde, me he enfadado
jugando a nada porque aunque suene a tópico lo que me gusta es disfrutar, no me importa ganar o perder,
que no significa que me encante ganar como a todo el mundo, pero prefiero perder y disfrutar del partido
que ganar y salir como lo hice ayer, aunque ayer además perdí.
El caso es que ayer, además de perder y de no gustarme el partido, salí con un estado de nervios que
nunca había experimentado durante un partido/a de algo y la verdad es que no se lo recomiendo a nadie,
porque además me lo trague para mi, pero es que hay cosas que es mejor que no lleguen a esos extremos
aunque la solución se drástica.
En fin, ahora que me he desahogado un poco os digo que prefiero los ruiditos que un compañero nervioso
que cosigue llevarte a su estado.
Saludos, de un EX aspirante a jefe. (Hay cosas mejores).
¡¡¡¡Me encanta Triki!!!!
Me alegro de que te guste Triki. A mí también.
Al ex-aspirante le digo que tiene el blog abierto para que se exprese y se libere. Desconfía de la gente tranquila, sobre todo si estás en una casa de campo a orillas de un lago y hay un hacha cerca.
nooo para!! me pasa lo mismo que a vosssssssssss odio los ruidos! no sabes si tiene un nombre esto??? porque es re feo! yo molesto a toda mi fliaa aporuqe no los dejo comer masomenos!
Fernanda, no sé si tiene nombre, seguro que sí. Aunque el nombre vino después de la sensación, eso seguro. Me voy a sorber la sopa un poco. ;)
Saludos!
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