viernes, julio 07, 2006

Portugal 0

Portugal 0-Francia 1.
Se acabó el sueño de los lusos, ¡ilusos! Al final, un mundial es como un culebrón, sabes lo que va a pasar, pero aún así, te chupas todos los capítulos sufriendo y padeciendo más que Luis Aragonés sin dedo para rascarse el sobaco (lo hace en todas las ruedas de prensa, pero el fútbol es de hombres, claro).
Portugal, Km 0. El puente por el Guadiana, la frontera, España. Ayamonte.
Boquerones fritos, cervecita fresca, eso que no falte.
Adiós a los camareros-lapa, adiós a los restaurantes fechados a las 22:00.
En Huelva me doy cuenta de que soy de aquí.
La gente me habla y los entiendo, y yo les habló y me pillan las gracias, aunque alguno no sepa lo que es un cacharrito, se lo explico y en paz.
Seguimos sin visitar iglesias, no es por nada, pero es que no hay tiempo para más. Alguna fachada que otra sí que hemos visto, pero lo que es entrar...
El caso es que a veces haces balance de las vacaciones y se te mezclan todas en la memoria: La de la Misericordia, la del Carmen, la de San no sé qué. Una del siglo XIII, ¡qué antiguo!, otra reformada tras el terremoto de 1755, otra que antes fue musulmana y luego del otro dios. En fin, que se te hace un batiburrillo como cuando comí patatas fritas, cortezas de cerdo y panchitos.
Con los monumentos pasa algo parecido: El Marqués de Pombal, el Rey Joao no sé qué, todos unos grandes cabrones, seguramente, opresores, ricos y caprichosos, a los que agradecerles que mandaran piratas a saquear otras culturas a cambio de café, chocolate y tomates.
Tampoco le prestamos mucha atención a esos individuos. Tan sólo a algún poeta que no hizo mal a nadie salvo acaso a su mujer, o novia, o hijos, por perderse entre las copas de un bar escribiendo rimas en una servilleta, o algún ser mitológico que de por sí, no hizo mal a nadie.
Así que perdemos el tiempo en mirar al mar.
De reojo miraremos si Italia ganó a Francia o viceversa, con nuestra única opción digna fuera de la final, casi que nos da igual. Portugal, kilómetro cero, el año próximo, más.

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