Tras los post anteriores: El curso (Primera parte) y El curso (Segunda parte) cierro la trilogía con esta tercera y última parte:
El curso transcurre con la normalidad esperada. El proyector ya no da problemas, los manuales van llegando y ya no nos importa que el profesor se salte temas (antes tampoco pero la educación recibida: Hay que comérselo todo, no aceptar caramelos de extraños y atender al profesor, hacen que parezca que al principio nos importa).
La gente que da cursos por lo general llega a tan triste destino básicamente por dos motivos:
1) Está en la oficina sin facturar.
2) No hay otra persona disponible.
Tanto por un motivo como por otro, la motivación (valga la redundancia) es cero. Si a esto le añadimos que no maneja muy bien el temario, tenemos a un profe deseando que pasen las horas y los temas más rápidos que los abuelos en pillar sitio en el tren de cercanías.
Y si además añadimos que las transparencias están en inglés y que no conocemos muy bien el significado de "keep", "above", "enhanced", (algunos alumnos tiene un nivel de inglés bueno para pasear por Pelayos de la Presa, con lo que este añadido es transparente para ellos) hay que ser un auténtico genio para ir pasando diapositivas a ritmo de:
-"Bueno, aquí simplemente nos quieren indicar un poco, como es y tal, y bueno, todo lo que se puede hacer, simplemente, y bueno", mientras se va dando a "Siguiente" como si fuera el botón de "disparar" de las maquinitas de marcianos.
Todos los alumnos(la peña), desde nuestra ignorancia sobre la materia, nos damos cuenta de este hecho, pero sólo uno se aprovecha para su disfrute personal: "El listillo".
El listillo es un ser que formula toda clase de preguntas al profesor con el único objetivo de dejarle en evidencia.
El profesor, Paquito, debe realizar una maniobra similar a la utilizada con el "Preguntón" pero a su vez, intentar devolver el golpe al listo.
En este punto lo de saltarse los temas se vuelve innecesario. Paco se volcará en derrotar al listillo y para ello comienza a "enredar en su ordenador".
De un curso de 50 horas tranquilamente 10 se dedican a ver al profe enredar en su ordenador. Es el momento de mayor tráfico en la red: mails, chats, revisitas a los periódicos digitales...
Después de un rato largo salpicado de comentarios del tipo: "es que esto está mal", "quizá lo vemos luego", "creo que sí, pero lo tengo que mirar mejor", el profesor decide dar por terminada la farsa. Pero ya nunca más será el mismo.
Sin embargo, si no tiene prisa, aún le queda un último cartucho para usar contra el listillo:
-"Si tienes un rato, al acabar la clase, miramos eso". Y cuando llega la hora de salir ahí se queda el listo, por listo, un ratito más con Paco, Paquito: de nuevo mi héroe.
Y así pasan los días, hasta que llega el otro día totalmente perdido:
El último día:
Para el último día siempre se deja lo más complicado del curso y puesto que el profe tiene intención de salir dos horas antes, se acaba siempre con un:
-"Esto es muy interesante pero no tenemos tiempo, necesitaríamos una semana más por lo menos". Paquito lo dice como con pena, como si si fuera por él veníamos hasta los sábados.
Total, que se limita a dar cuatro referencias tontas, que alguien apunta como si fuera el cabo de cuerda que te arrojan para guiarte en un mar de dudas, y se pone a repartir los odiosos test de evaluación:
Valora de 0 a 5
El curso cumple las expectativas: 0 1 2 3 4 5
El material entregado es el adecuado: 0 1 2 3 4 5
etc...
¿qué has echado de menos en este curso?
¿te gustaría recibir más formación relacionada? ¿cuál?.
Aquí te dan ganas de contestar: "No, por favor".
Mientras hacemos y entregamos los test hay gente que se pasa las direcciones de correo para no perder el contacto. Paquito también da la suya. ¿Tú le has escrito?... y se pone a recapitular sobre lo dado en el curso.
Por no liarla mucho al final, esta recapitulación se basa en contarnos su vida:
-"Yo he estado en una empresa donde usaban esto o aquello".
-"¿De qué empresa sóis?...yo conozco a un tal Luque, que es gallego...".
-"La verdad es que este curso está muy completo, es la primera vez que lo doy".
-"Venga Paquito, quítate la máscara, unas cañitas en el bar de abajo y me lo cuentas todo...". Esto lo pienso pero llegado el momento tengo más prisa que todos los listillos, preguntones y paquitos juntos.
Al llegar a casa coloco los manuales junto a las revistas de Fotogramas, me noto menos cansado gracias al horario tan conciliador con la familia que he gozado y me arrepiento de no haber usado más el correo de forma obscena.
El próximo curso, de macramé.
Truman: Ex-Trabajador de oficina. Incansable observador. No deja títere con cabeza. Su lema: "Cuando no tengo otra cosa que hacer, trabajo".
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2 comentarios:
Este curso, digo, esta serie de 3 posts me ha gustado mucho. Me he visto reflejado, como alumno, pues en mi época "en empresas normales" recibí cursos de gente así.
Y ahora, en mi etapa arriba de la tarima, veo que las excusas típicas para saltarte los temas o asuntos que no te sabes, no sirven de nada. Has descrito perfectamente al profesor que va perdido, que no domina lo que está explicando, y lo da sin mucho interés. En mis inicios creo que me parecía un poco (excepto en lo de "sin mucho interés").
Gracias por tu comentario, kaminant.
Me alegro de que te guste...
o sea que tú ¿eras un profesor con mucho interés? No me lo creo ;))
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