lunes, febrero 05, 2007

Hacerse el tonto

Uno a veces mira alrededor y se pregunta: ¿Será verdad que renta tanto hacerse el tonto?
La respuesta es: Sí.
Hacerse el tonto viene a significar: "Yo no opino; yo no hago nada; yo no soy peligroso; yo no estoy; no existo; y si cae algo, me lo quedo y me callo".
Eso pasa mucho más de lo que se puede pensar, aunque tampoco sé lo que se puede pensar, dicho sea de paso.

De pronto viene un personaje de esos que llaman jefe y dice:
-"¡Todos a andar de puntillas!".
Y todos se ponen a andar de puntillas.
El que protesta probablemente vaya, con todos los honores, a la puta calle. El tonto no protesta. El tonto se pone a andar mal de puntillas, le califican de torpe y le apartan. Ahora el tonto no anda de puntillas, anda como el jefe.

Al día siguiente:
-"Oídme, esto hay que arreglarlo como sea". Y se ponen todos a arreglarlo mientras el jefe se pone a buscar el último de Alejandro Sanz en internet y acaba entrando en una página de phishing.
El tonto empieza a estropear todo más y entonces le califican de torpe y le apartan. Ahora el tonto puede ponerse a buscar en internet, incluso subscribirse a todas las listas de correo del mundo mundial, el phishing es demasiado para él, es más de cartilla y dos horitas en el banco.

Otro día dice el jefe:
-"A ver: tenéis que gestionar todos estos marrones; arreglarlos; comunicar que están arreglados; apuntarlos aquí; llamar por teléfono a la Sra. Pérez y luego calcular las horas que habéis estado y apuntarlas allá".
Entonces todos se ponen a hacerlo pero el tonto sólo puede llamar una vez a la señora y calcular, al alza, las horas invertidas en tal proceso.

Otro tonto llega con el coche y se para en medio del carril a esperar a que su novia salga del curro. Los demás coches tienen que:
Primero) Comprender que el "notas" no se va a mover de ahí en un rato. Es decir, que no le va a dar por dar marcha atrás o hacer un giro a traición y puedes adelantarle.
Segundo) Entender que da igual que le pites o que le des las "largas", porque no sabe para qué sirven los espejos retrovisores, sólo que lo de "retro" le suena a antiguo y sí sabe para qué sirve el volumen del radio-cd: para destrozarse las orejas. El tonto no busca un sitio para aparcar, su novia bajará, 20 minutos después, supercontenta y le dará un morreo mientras suena a reventar el "Quién me lo iba a decir". El entender que este ser tenga novia, en el sentido de que pueda inducir a alguien al cariño, sólo lo entiende el que ve esta última escena, es decir: el que ve cómo es la novia.

Luego está el tonto que nunca paga o que nunca se ve en la obligación de contribuir a un regalo. Toda la oficina sabe que el Sr. Cortado se va de la empresa, o que el Sr. Amargado ha tenido un niño, al que le han puesto nombre de grupo finlandés, por aquello de ser originales:
-"Es que Jose está muy visto, a mí me gustaba mucho Zacarías y Cindirello, pero al final le hemos puesto Him". Hombre, como nombre para un babero es de lo más económico, la verdad.
Recuerdo un compañero que llamó a su hija Jimena. Que yo, la verdad, no puedo dejar de pensar en Sofía Loren en "El Cid", allí en una almena. Y, como no soy tonto pero puedo llegar a ser un tanto torpe, le dije: "Hombre, lo malo de este nombre es el diminutivo, que es como se acaba llamando a la gente".
El compañero no pillaba la gracia, que cuando la pillara no le haría ni puta la misma.
-"Gime,Gime", le dije. Y me hice el tonto cuando puso cara de querer estrangularme.

Otro caso de hacerse el tonto muy productivo lo tenemos, como no, en la televisión.
Ahí está Ana Rosa Quintana con el copy+paste a toda leche para luego decir que fue un error informático.
Y a continuación: más audiencia y más pasta para la pobre e inocente víctima del primer ordenador con conciencia para hacer el mal.
Y siguiendo esta estela, la cantidad de memeces que se inventan en los programas casposillos, tan casposillos como nosotros, para al día siguiente hacerse los tontos y justificar lo injustificable.
Como ejemplo recordar la anécdota tan bien contada en el programa "Sé lo que hicísteis la última semana" en la sección de Ángel Martín, donde la reportera de un programa hacía guardia a las puertas de una parroquia porque supuestamente dentro se escondía un prófugo de la justicia relacionado con la corrupción marbellí. Tras el revuelo suscitado que hizo llenar muchos minutos de ese programa, al día siguiente, y tras confirmarse que allí no había nadie, la reportera expuso sus argumentos para pensar que allí estaba el presunto delincuente:
"En los últimos días los sacerdotes habían comprado una barra más de pan, más café y una marca de cigarrillos distinta a la habitual". ¡Madre mía, madre mía! como diría Ángel Martín. Como este ejemplo, mil.

Otro tonto: Un día un colega te pide unos apuntes, un libro, un cd, una peli. Y pasa un mes, dos, te casas, tienes hijos, te vas a vivir a Oregón, tienes una experiencia paranormal, tiras ropa que ya no te pones y, en definitiva, pasa todo lo más raro que te puedas imaginar. Pero eso sí, lo que dejaste a tu colega, no aparece ni con una orden de registro. El colega se va haciendo el tonto hasta que ya le llamas tonto abiertamente, pero no suelta la prenda, no la suelta.


Al final va a resultar eso, que hacerse el tonto es de lo más rentable: Dame pan y dime tonto. Aunque yo sigo con la puta manía de no querer andar de puntillas y querer meterme en las páginas de phishing.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Truman, me siento mal...por que me hice el tonto. Si, a veces me acuerdo de esos correos en los que el subject es algo así "Se nos va nuestro amigo y compañero bla, bla...". Y en el cuerpo del mismo sólo falta un número de cuenta para hacer el ingreso. Serán capullos, pero si casi no le conozco, me digo a mi mismo, claro. En fin decidí no poner ni un pavo al quinto correo que recibí de ese pelaje. Eso si, me ponía fino a sandwiches, cerveza, cortezas y panchitos que hubiese en el lugar de turno de la despedida. yo también me fui y seguro que alguno hizo lo mismo. Después de mi comentario me siento mejor. Estoy disfrutando del regalo tecnológico que me hicieron, que majos los colegas!!! y que capullo he sido, pero sólo un poco, eh?
Buen blog!

Truman dijo...

Hola ocap! Veo que tienes muchas y buenas cosas que contar. Me alegro que el post haya sido redentor y que tras la sorpresa inicial que hayan causado "mis problemas" te pases por aquí con buena sintonía.

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