El otro día, en casa de unos amigos, estuve viendo fotos sobre su viaje a la India.
Fueron a una boda. Los novios: él indio, ella española.
Cada foto que pasaba por el monitor me hacía sentir aquella serie infinita de ceremonias, rituales y fiestas como una auténtica pesadilla.
Pensaba en la muchacha y su abnegación al entregarse a esa suerte de protocolos neuróticos. Pensaba en la pesadez de entablar amistad, conversación o servidumbre con todos los familiares, invitados, religiones y normas.
Nuestra amiga, amiga de la novia, nos iba contando:
-“Ellos[los indios] ven a una mujer fumar y les entra la risa”...
-”...tenía que llevar esas pulseras y le estaban pequeñas porque ella es bastante grande y le dejaron unas marcas ...”...
Yo estaba aterrorizado, embriagado (también por el whisky) y semiinconsciente(por el sueño). Así, en ese estado de letargo, iban pasando las fotos mientras oía la letanía de nuestra amiga.
Sentí pena por la novia, no sé porqué, porque se veía muy feliz. Pero yo pensé, como pienso y digo muchas veces en tono de guasa, que “me quiero escapar”.
Como los niños chicos quieren escapar de los brazos de un tío abuelo que no han visto en su vida y les achucha sin parar.
Y es que no puedo con las normas. A veces, cuando no puedo escapar, mi estado de alerta me atenaza el cuello y los hombros y el dolor me lleva al desespero. Esto es algo que tengo que mejorar porque no es bueno para mí. Pero no quiero tener la columna relajada por untarla de cobardía y resignación.
El día a día nos impone a veces la peor de todas las normas: la puntualidad.
Ser puntual está bien visto y no serlo, no.
Está claro que no está bonito quedar con alguien a las 10 de la mañana y que se presente, sin previo aviso, hora y media después. Porque los demás también tenemos vida y cosas que hacer además de esperar. Pero claro, si estamos hablando de atravesar todo Madrid con el coche, acompañado por otros miles de coches que también tienen que atravesarlo y además lo quieren atravesar antes que nosotros, no podemos exigir la misma puntualidad que si te puedes permitir el lujo de levantarte de la cama sólo media hora antes de fichar en la empresa. No es lo mismo.
Otra tiranía de la que me quiero escapar es de la de la edad. De tal edad a tal: estudiar; de tal a cual: boda; de tal a tal: niños; de tal a tal: apartamento en la playa; de tal a tal: jubilación; de tal a tal: pastillas para el colesterol.
Menos esto último, la salud, que uno se la tiene que cuidar cuando le toca, por aquello de seguir escribiendo en el blog y demás, lo demás estaría bien hacerlo cuando nos plazca y no cuando los que miran por la mirilla nos impongan tácitamente.
Otra cosa de la que me quiero escapar es de la avalancha tecnológica. 1Gb, 20Gb, 60Gb, 3 millones de píxeles, 5 millones, velocidad tal, doble núcleo, blog, fotoblog, myspace, TDT, dúo, trío, eMule, packs de series, ediciones especiales, TFT, plasma, GPS, google, mp4, Vista, ipod, móviles 3G...que contrasta con la obsesión que hay ahora por llenar los yogures y los panes de trozos de cosas: semillas, hebras de piña o grumos varios, para que parezcan más artesanos, más naturales.
Y como me quiero escapar, he escrito todas estas cosas, al libre albedrío, para recordarme a mí mismo que puedo hacer de mi capa un sayo, y que aunque no haga gracia, o no guste a nadie da exactamente igual.
Me escapo también de aquí y me voy a ver "los premios Goya", a ver si le cae a Antonio.
Truman: Ex-Trabajador de oficina. Incansable observador. No deja títere con cabeza. Su lema: "Cuando no tengo otra cosa que hacer, trabajo".
domingo, enero 28, 2007
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4 comentarios:
Yo también quisiera escaparme muchas veces de muchos sitios... Lo importante es saber que puedes hacerlo en cualquier momento, que nada ni nadie te puede parar los pies.
Saber eso es lo más importante y lo más esperanzador, pero hay que hacer un esfuerzo por no olvidarlo...
...Y por no dejar que ningún manipulador te intente borrar la memoria al estilo MIB para aprovecharse de ello.
Thanks for the comment, anarchy in andalusia!
Sí, de acuerdo contigo. Que no te vengan con "yo antes era como tú" para tirar por ahí.
Nos vemos por el sur...
Recentemente, deparei com seu blog e tenho lido junto. Eu pensei que eu iria deixar meu primeiro comentário. Eu não sei o que dizer, exceto que eu gostava de ler. Nice blog.
Interesante, Truman. Me has hecho reir en un día chungo, y eso ya es mucho.
Patricia
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