En 1988 Sabina tocó en Las Ventas. Mis colegas fueron y alguna que otra chica que daba signos evidentes de querer algo conmigo, también. Yo me quedé en casita. Lo escuché por la radio y lo grabé en un casete.
Fue toda una frustración no ir. La trama familiar había tenido, una vez más, un éxito rotundo. No hay pasta, no hay entrada.
El sábado, 18 años después, cumplí mi deseo. Gracias a una generosa invitación de mi nena y pasado el miedo a la suspensión del concierto (nos habían dicho que el anterior, en Algeciras, se había suspendido por gastroenteritis del cantautor) vi aparecer en el escenario a Joaquín Sabina bajo las “Aves de paso”.
Salió tierno y agradecido. Y con una sonrisa picarona, seguramente por lo que ya sabía que iba a decir: Tras las dos primeras canciones se marcó su personal “Buenas noches, Linares”, para a continuación evocar las tardes de toros con su padre y las veces que el Úbeda había ganado en ese campo ( el concierto se celebró en el Estadio de Linarejos).
Es un cachondo este Sabina. Cualquier otro se hubiera llevado una lluvia de minis de cerveza en la cabeza, sin pretender rimar. Bueno, de cerveza, no. Porque fue lamentable acercarse a la barra, pelearse por tocar chapa y recibir un “No”, natural, simple y cotidiano, al pedir la preciosa rubia.
Aquello era una catástrofe pero el que servía no parecía verlo así. En otro lado de la barra y tras pedir uno de tinto de verano (que es como llaman al calimocho en estas fechas) ya me aclararon que había un problema con la máquina del carbónico y no sé qué. Pero el aclarante sí mostraba enojo y desconcierto por el desaguisado, que era lo que yo necesitaba: Comprensión y empatía. La cerveza podría esperar a la salida. Aunque a alguno lo habría puesto en la estación Linares-Baeza directito a la madrileña Mahou, para que aprenda.
En fin, a todo esto, el grupo formado por Joaquín, su banda y técnicos sonaba de puta madre. Daba igual estar metido en el mogollón, en un lateral, en la cola del servicio o en la mencionada barra. Habrá quien se pierda con adjetivos como “genial”, “maravilloso”, y superlativos engolados como “estupendísimo”. Yo me quedo con el “de puta madre” que me sale de la digestión y el carraspeo.
En el escenario, tres paneles hechos a base de cortinas de oficina hacían de pantalla donde se proyectaban diapositivas de toda índole que acompañaban los temas y Pancho Varona de lejos se parecía a James Woods.
Había mucha gente, pero yo no sé contar. Aunque, como en las manis por la Castellana, cada fuente dará unos datos, pero lo importante es que ocurrió:Unos cuantos pagaron su entrada para ver al legendario.
El público de lo más heterogéneo: Desde público AnaBelénVictorManuel, progres y menos progres, hasta chavales con la camiseta de Marea o maduritos que se sentaron en la pequeña grada aunque estuvieran al lado de la portería contraria al escenario.
Disfruté cada canción como un enano, que no sé cómo disfrutan pero debe ser mucho.
No sé cómo tendría Joaquín sus entrañas pero sacó perlas de su corazón. Esto, para que no falte la frasecita cursi.
Por citar algunos momentos, me encantó “Conductores suicidas”, con Antonio García de Diego saliéndose con la guitarra.
Más tarde, en los respiros que se marcaba la estrella, se saldría con su piano y su voz con “Al lado de la chimenea”. Pancho Varona, en su blog, lo elogia y con razón dice que él cada vez peor. Es cierto: su canción fue la más floja, necesita sacar la voz, la que sea. Se tiene que animar.
También en una desaparición estelar sonó “Marilyn Monroe” de Alarma, cuyo líder: Jaime Asúa, acompaña a Sabina con la guitarra y las voces. Y Marilyn, como no, proyectada en las pantallas: linda, miope o desnuda.
Del último cayeron : Pájaros de Portugal, Resumiendo, Pie de guerra y Nube negra, creo recordar.
Hubo muchos momentos: “Y sin embargo”, con Olga Román poniendo los pelos de punta a más de uno. “Ruido”, que pidió a gritos un fan-fanático que no paraba de aplaudir como el que está limpiando una alfombra y que, o se sabía de memoria el setlist (aunque parece que lo cambian) o tuvo suerte. Pero a él le pareció que la tocaban por su desgañitada petición. En fin, la fauna y flora es amplia y todos somos válidos para que el ecosistema sobreviva.
Los popurrís ayudaron a revisar muchos más temas: Peor para el sol, Caballo de cartón, “mes de abril”...
Otras como Princesa, La del Pirata Cojo, Mentiras Piadosas o Una canción para La Magdalena, con performance incluída, fueron interpretadas de principio a fin.
Tuvo tiempo de homenajear a Dylan en "Siete crisantemos" y recordar a sus hermanos, sobrinos y demás familia que andaban por allí cerca.
La foto de "Hola" en el fondo, y Pancho Varona de espaldas con la bandera del pirata de capa se me escapó de mi objetivo, aunque lo mismo no hubiera salido bien. Fue mientras cantaban “Dijo: hola y adiós”.
Se cerró el concierto con Fernando Tejero y un poquito de por favor en el escenario, cantando karaokeadamente “Noche de Bodas” y “Y nos dieron las diez...” , creo.
Con un poquito de por favor hubiera bastado pero estaba claro que no le echaban ni a patadas. Estuvo bien.
Quizá faltó “Pongamos que hablo de Madrid” que seguro que sí cae en Las Ventas y a mí me faltó “Amores eternos”, pero hubo muchas, así que “aposteótico y epompéyico”.
Para mí, sin duda, lo mejor fue escuchar “Calle Melancolía”. Muchas veces imaginé cómo sería escuchar en directo esta canción. No me emocioné tanto como pensaba, pero me recreé pensando: “Por fin lo conseguí”.
Mientras nos íbamos y los pipas hacían su trabajo sonaba : “Pastillas para no soñar”.
“ dile a esa chica que no llame más...” y yo le di las gracias a mi chica por ser como es.
Verso sonado:
Hablaré sin rodeos.
Lo más deprisa que puedan mis dedos.
Que estuvo de puta madre.
Que ni rima ni falta que hace.
Truman: Ex-Trabajador de oficina. Incansable observador. No deja títere con cabeza. Su lema: "Cuando no tengo otra cosa que hacer, trabajo".
lunes, agosto 28, 2006
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2 comentarios:
hola amigo, me has emocionado con tu relato. Sabes, yo no pude ir a verlo y eso que lo intente pero tu relato me ha hecho estar alli. Yo soy un sabinero de toda la vida y hace ya 12 años que no lo veo in live. Gracias amigo y gracias a tu nena por esa entrada que te regalo.
Una cosa mas: El maestro dijo que nunca mas cantaria "Pongamos que..." en un escenario. Creo que para eso saco la de "Con la boina calada...."
Gracias, Jose por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado. Me pasaré por tu blog-prenatal más detenidamente.
No tenía ni idea de lo que comentas sobre la canción...
Nos leemos...
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